"Llevo varios años sufriendo y espero que la suerte cambie y que esta pueda ser mi temporada". Son palabras de Natalio en una tarde del mes de julio de 2010. El Tenerife arrancaba la ilusionante nueva campaña y el recién fichado delantero valenciano se mostraba convencido de que, al fin, había acertado en la elección de un proyecto ambicioso, después de vivir dos descensos a Segunda División B, primero con el Cádiz en 2008 y después con el Murcia, solo dos temporadas más tarde. Pero no. El destino le tenía preparado otro billete hacia la categoría de bronce.

Dispuesto a "morir con las botas puestas" y aferrado a las "opciones matemáticas", Natalio no oculta que va camino de sufrir un nuevo descenso a Segunda B, en este caso diferente a los dos anteriores, ya que tanto con el Cádiz, en el que jugó la segunda mitad de la Liga cedido, como con el Murcia pudo competir hasta la última jornada, sin éxito, por evitar el fracaso. "Nunca había estado en una situación así, con tantos puntos de diferencia respecto a los puestos de salvación. Sí había tenido opciones hasta el final. Bajé dos veces y ambas con un penalty en el tiempo extra", comenta refiriéndose al desenlace de los ejercicios 07/08, en el que el Cádiz bajó tras una pena máxima desperdiciada por Abraham Paz en el estadio del Hércules, y 2009/10, recordado por la derrota in extremis del Murcia en Girona tras un penalty lanzado por Kiko "Ratón" que estuvo a punto de detener el guardameta.

Natalio confía en que el fútbol le "devuelva" lo que le ha "quitado" y admite que "no esperaba" pasar por lo mismo en el Tenerife, al que llegó "con toda la ilusión del mundo" para aportar su "granito de arena" en un proyecto de ascenso, "y está siendo todo lo contrario". El futbolista procedente del Almería reconocer sentirse "triste" y asegura no saber cuál será su futuro profesional. "Tengo dos años más de contrato, pero ahora solo pienso en morir con las botas puestas".