El serbio Novak Djokovic, segunda raqueta del mundo, cumplió hoy con todas las expectativas y se impuso con facilidad al polaco Lukasz Kubot (141) en su estreno en el Masters 1000 de Roma por 6-0 y 6-3.

Al serbio le bastó poco más de una hora para liquidar a Kubot en segunda ronda, con lo que pasa a octavos, donde se enfrentará al suizo Stanislas Wawrinka, que hoy derrotó al italiano Filippo Volandri, que recibió una invitación especial de la organización (''wild card'') para participar en el torneo, por 6-1, 3-6 y 6-2.

El flamante vencedor en Madrid dominó todo el encuentro, en el que, a la primera oportunidad que tuvo, rompió el servicio del polaco, quien accedió al cuadro principal del torneo romano desde la fase previa y se plantó en segunda ronda tras eliminar al uruguayo Pablo Cuevas.

Con una efectividad del 72 por ciento en su primer servicio, el serbio no cedió ni un juego en el primer set, en la que el polaco cometió doce errores no forzados.

La segunda manga empezó como la primera, a favor de Djokovic, que ganó su servicio y encarriló la victoria, pese a los intentos de Kubot, que logró adjudicarse en este set tres juegos al servicio. Una "hazaña" que le valió los aplausos y el reconocimiento del público de la pista central del Foro Itálico.

Con 5-3 en el marcador y sirviendo para el partido, Djokovic no falló y en la primera bola de partido de la que dispuso y gracias a un error de Kubot, que al devolver la pelota la mandó fuera, se adjudicó el encuentro.

En una rueda de prensa posterior al encuentro, el tenista serbio se mostró satisfecho con el resultado y por cómo se desarrolló éste, puesto que su breve duración le permite "reservar energía" para las próximas rondas.

Sobre su próximo oponente, el suizo Wawrinka, a quien ya se enfrentó hace tres años en la final de Roma, Djokovic comentó que será un rival "duro", puesto que "es un gran jugador" al que le gusta jugar en arcilla y que se siente cómodo en el torneo romano.

Djokovic aseguró además que no le ha costado adaptarse a las condiciones de Roma, tras la altitud de Madrid, y se mostró confiado en que podrá "jugar bien" en estas condiciones.

El serbio comentó también que se encuentra bien físicamente, pese a que no ha podido trabajar ese aspecto en las últimas tres semanas por haber estado jugando.

Preguntado sobre la presión que supone mantenerse en lo más alto, Djokovic admitió que ésta siempre existe, pero que su trabajo es vencer y que cuando sale al campo siempre quiere ganar.

Con su victoria en la segunda ronda del Masters de Roma, a la que el serbio accedió directamente, Djokovic mejora su marca a 33 victorias y 0 derrotas esta temporada, 35-0 si se suman las dos últimas victorias de la final de la Copa Davis en el 2010.

La de hoy era la cuarta vez en la que Djokovic y Kubot se enfrentaban (la tercera en arcilla), en un historial en el que las estadísticas estaban al cien por cien a favor del serbio.

Djokovic llega a Roma, quinto Masters 1000 de la temporada y última gran cita antes de Roland Garros, que comienza el 22 de mayo, con la intención de coronarse campeón por segunda vez en el torneo -ya lo hizo en 2008 ante el suizo Stanislas Wawrinka-, y desafiar así la hegemonía del español Rafa Nadal en las pistas de Roma.

El serbio afronta una semana decisiva en su carrera en el torneo de la capital italiana, donde si es capaz de ganar su séptimo título de 2011 y mantener así la gran regularidad exhibida en lo que va de año, se coronaría nuevo número uno del mundo.

Según la ATP, Djokovic necesita triunfar en Roma, donde Nadal defiende también el título como en Madrid, y que el español caiga antes de las semifinales. No obstante, esa posibilidad continuará para el serbio, y más fuerte aún, durante Roland Garros donde "Nole" defiende cuartos de final y el español cerró como campeón EFE

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