La victoria en el primer partido de los cuartos de final ante el Fuenlabrada, 93-72, le permite al Real Madrid marcarse el objetivo de sellar su pase en el pabellón Fernando Martín, mañana domingo, y poder así preparar con detenimiento el choque de semifinales.

Aunque en el primer cuarto el Real Madrid naufragara y viera amenazada su participación en la lucha por el título, cuando perdía por nueve puntos de diferencia con el Fuenlabrada, lo cierto es que al final dejó patente la enorme diferencia existente entre los dos equipos.

Los 21 puntos de diferencia final son más una consecuencia directa de la enorme distancia que separa a los presupuestos de los dos equipos madrileños, que de juego o entusiasmo, factor este último en el que los jugadores del Fuenlabrada han sacado matrícula de honor a lo largo del curso.

La enorme diferencia existente entre el juego interior de uno y otro volverá a ser una de las claves del partido, así como el tiro exterior de los del sur de la provincia madrileña.

Si el Real Madrid vuelve a mostrarse timorato en defensa y permite posiciones de lanzamiento cómodas para los jugadores de Salva Maldonado, seguro que tendrá muchos problemas y podría tener que recurrir al tercer partido, que se disputaría si fuera necesario en la Caja Mágica, el próximo martes.

El mayor banquillo madridista debe permitir a Molin imponer un alto nivel defensivo en el partido, en el que los jugadores del Fuenlabrada se sientan incómodos.

El premio por hacer las cosas y bien y ganar, para el Real Madrid, además del pase a la semifinal, es tener de una semana completa para preparar el ''playoff'' ante el Power E. Valencia o Bizkaia Bilbao, que será al mejor de cinco partidos y con los dos primeros disputándose en la Caja Mágica.