Dos años después, Barcelona y Manchester, dos de los notables del concierto europeo, se vuelven a citar en la final de la Liga de Campeones, un partido plagado de simbolismo para ambos que se juega en Wembley, en la casa del fútbol, allí donde culés y "red devils" conquistaron su primer gran cetro continental. Se vieron las caras en 2009, cuando los catalanes ganaron con suficiencia (2-0) y hoy volverán a estar frente a frente. El Barça y el ManU lucharán por su cuarta Copa Europa y por subir un peldaño más en el escalafón europeo para igualar con el Bayern de Múnich y Ajax de Amsterdam, poseedores de un póquer de Copas de Europa. Para ambos ganar sería la guinda del gran pastel de la temporada. Triunfadores de las dos Ligas con más prestigio en Europa, tienen ante sí el reto final.

Llegan los azulgranas con todo su equipo disponible en el momento decisivo. Recuperado Eric Abidal, después de que le se extirpara un tumor en el hígado, y también Carles Puyol, aquejado de continuas molestias en la rodilla que le dejaron sin jugar durante tres meses. En su alineación no parece haber muchas dudas. Como mucho la posibilidad de que Guardiola dé entrada en el eje defensivo a Mascherano y que Abidal se quede en el banquillo, siendo así, Puyol jugaría de lateral zurdo. No hay más. Valdés, que lucirá un jersey verde en honor al que Zubizarreta vistió en la final de hace 19 años, será el portero titular.

Messi está llamado a ser el elemento desestabilizador de la final. El dos veces ganador del Balón de Oro europeo está ante un gran reto. No ha conseguido marcar un gol en Inglaterra y hoy tendrá una ocasión inmejorable para quitarse una de las pocas espinitas que le quedan en el fútbol.

Enfrente el Manchester United, que también conquistó su primera Copa de Europa en el viejo Wembley -fue en 1968 entrenado por Matt Busby, liderado por Bobby Charlton y el que destacó George Best-, jugará pensando en lo ocurrido hace dos años en Roma.

El recuerdo

En la ciudad eterna, salvo los primeros 10 minutos en los que un explosivo Cristiano Ronaldo llevó en jaque a la defensa barcelonista, los "red devils" sucumbieron ante el juego de toque de los azulgrana.

El equipo de Álex Ferguson perdió el partido en el centro del campo, donde el Barça no le dio ni una opción. El técnico del ManU parece haber tomado nota y es muy probable que intente colapsar a los azulgrana en la medular.

Es el momento de la verdad, la posibilidad de conquistar la cuarta Copa de Europa para ambos, la casualidad de cerrar un círculo iniciado hace años en Wembley.