La selección española de balonmano afrontará mañana (20.30) en Guadalajara la última prueba antes del decisivo choque con Lituania, en el que España se jugará su billete para el Europeo de Serbia 2012, ante una Argentina que tratará de ratificar las buenas sensaciones que dejó en el pasado Mundial de Suecia, en el que la albiceleste se convirtió en la gran revelación del torneo.

Una excelente piedra de toque para los de Valero Rivera, que deberán superar el cansancio acumulado tras una extenuante temporada, que ya se ha cobrado las primeras víctimas en el equipo español: están lesionados Arpad Sterbik, Chema Rodríguez y Julen Aguinagalde, tres de los puntales del equipo que se colgó el pasado mes de febrero el bronce mundialista en Suecia.

Estas bajas obligarán a Rivera a presentar novedades en una selección que volverá a tener su principal arma en la solidez del 5-1 defensivo, que permitió a España cerrar el pasado Mundial de Suecia con tan sólo una derrota, la cosechada en las semifinales ante Dinamarca, en un aciago día de los porteros españoles.

Las novedades, en cambio, variarán ligeramente la fisionomía del conjunto español en ataque, donde la imaginación del central del Barcelona Borges Daniel Sarmiento debe mejorar la fluidez de un juego ofensivo, en el que la efectividad en los seis metros de Rafa Baena, máximo goleador de la Liga ASOBAL, no debería hacer añorar la ausencia de Aguinagalde.

Aunque, sin duda, la principal variación llegará de la mano del joven lateral del Reale Ademar de León Ángel Montoro, que con sus 210 centímetros, lo que convierte al toledano en el techo del balonmano español, aportará lanzamiento exterior a un equipo que, con la ausencia pactada de Alberto Entrerríos, tiene en el disparo lejano uno de sus puntos débiles.

La efectividad de estos matices se podrá comprobar mañana ante Argentina, que llega a Guadalajara con prácticamente el mismo bloque que actuó en el Mundial de Suecia, donde el conjunto sudamericano logró su mejor clasificación histórica, la duodécima plaza, tras lograr resultados tan sonados como la victoria cosechada ante el anfitrión, Suecia.

Tan sólo tres de los internacionales que actuaron en el pasado Mundial, el portero Fernando García, el pivote Gonzalo Carou, jugador del Ademar, y el central Diego Simonet, jugador del Torrevieja, se perderán la cita de Guadalajara, tras reservarlos para el doble compromiso que la albiceleste disputará en Argentina con Francia, la vigente campeona olímpica, mundial y continental.

Esas ausencias, sin embargo, no afectarán al principal argumento de la selección argentina, la competitividad de todos sus integrantes, entre los que destacan los laterales Sebastián Simonet, Federico Vieyra y Agustín Vidal, jugador del Quabit Guadalajara, o el central Juan Pablo Fernández, que conforman una interesantísima primera línea.

Sin olvidar al portero del Pines Badajoz, equipo de la División de Honor plata española, Matías Schulz, uno de los máximos responsables del éxito de Argentina en Suecia, donde la albiceleste inició el camino hacia la elite del balonmano, en el que mañana quiere dar un nuevo paso con un convincente resultado ante España.