El español Rafael Nadal se siente ya entre los privilegiados, entre los que han hecho historia en el deporte de la raqueta, y tras ganar por sexta vez el torneo de Roland Garros, admite que su ambición aún no se ha acabado.

"Siempre hay esa comparación", dijo Nadal con la Copa de los Mosqueteros al lado, sabiendo que su nombre está ya profundamente enlazado con los que han hecho grande a este deporte, caso del suizo Roger Federer, el estadounidense Pete Sampras y el sueco Bjorn Borg, con quien ahora comparte los seis títulos de París.

"Pero soy muy feliz con lo que soy, y no me planteo si soy el mejor de la historia", aseguró. "No hay que engañarse, lo estoy, con esos Grand Slam, estoy con esos pocos privilegiados", añadió.

Roger Federer, con 16 Grand Slams en su bolsillo, Pete Sampras con dos menos, el australiano Roy Emerson, con 12, el también "aussie" Rod Laver y Borg, con uno más ahora que Nadal, son los que únicamente están por delante del jugador de Manacor, que el domingo igualó los 10 de otro mítico, aunque anterior a la Era Open: el estadounidense Bill Tilden.

"Me siento muy afortunado por todo lo que me ha pasado hasta el día de hoy, y seguiré trabajando fuerte para seguir siendo competitivo, hasta que la cabeza y el físico den", añadió Nadal con la cabeza fría, sabiendo que con 25 años recién cumplidos tiene tiempo aún para mejorar y añadir más títulos a su historial.

"Ojalá nunca se canse de crear las condiciones para ganar. Tiene la misión clara, el corazón controlado y la pasión del júnior", dice Emilio Sánchez Vicario, excapitán del equipo de Copa Davis, al definir a Nadal.

De momento, ya es el segundo jugador más joven en la historia, después de Borg, en lograr la decena de torneos de Grand Slam. Lo ha hecho antes que Federer, Sampras, Emerson, Laver y Tilden, el famoso grupo que Nadal ha bautizado como "privilegiados".

Consciente de que fue capaz hace tres años de lograr el doblete mágico, Roland Garros y Wimbledon, y hacerlo de nuevo el pasado año, añadiendo después su primer Abierto de Estados Unidos, Nadal sabe que el tiempo corre a su favor, porque Federer, a punto de cumplir 30 años, sentirá tarde o temprano que sus fuerzas flaquean.

El suizo ha anunciado con tiempo que su objetivo es retirarse en los JJ.OO. de 2012 en Londres, compitiendo en el All England Tennis Club, pero al mirar como crecen sus gemelas, Myla Rose y Charlene Riva, Federer siente la necesidad de alargar un poco más el fin de su carrera para que sus hijas puedan ser testigos un día de algún éxito sonado.

"Es muy importante alcanzar otra final del Grand Slam, y mantenerme jugando bien. Si me siento bien físicamente sé que tendré más tiempo, por lo tanto hay que ser positivo", dijo Federer, que repitió varias veces que se sentía orgulloso de haber llegado a la última ronda, y especialmente contra Nadal, pero ahora se refugia en el proyecto de ganar por séptima vez Wimbledon.

"Es absolutamente mi gran prioridad ahora, ganarlo en unas semanas. Para mí siempre es el objetivo número uno de cada temporada. Allí empezó todo para mi en 2003, o incluso con Sampras en 2001, por eso siempre disfruto volviendo", remarcó Federer, quien sí comprende como Nadal ha tenido los suficientes arrestos para ganar en París este año, después de sus dudas.

"La gente no comprende cómo Rafa ha sido capaz de ganar este torneo después de su mal comienzo. Pero yo, sí. El juega mejor contra los mejores, y es lo que ha demostrado", dijo.