El Barcelona está dispuesto a romper las relaciones institucionales con el Real Madrid en el caso de que se vuelvan a sobrepasar la próxima temporada "los límites de la deportividad", según aseguró ayer el presidente Sandro Rosell.

En una declaración institucional de siete puntos, leída por Rosell, el presidente del Barcelona apeló a "la responsabilidad social" del club catalán para no haber dado respuesta antes "a las provocaciones sufridas". "Hay situaciones que no se pueden repetir en el futuro", indicó Rosell, quien calificó de "premeditadas" las acusaciones realizadas por el Real Madrid.

Rosell también considera que las declaraciones del entrenador del Madrid, José Mourinho, en las que acusaba al Barça de "haber conseguido los títulos gracias a una especie de complot estatal e internacional", también han superado "todos los límites de la rivalidad deportiva". Al respecto, el presidente del Barça recordó que Mourinho incluso llegó a manifestar públicamente que Pep Guardiola tendría que "sentirse avergonzado" por alguna de sus victorias, cuando quien tendría que sentir "vergüenza" por sus declaraciones, dijo, es el portugués.

"La rueda de prensa que el entrenador del Real Madrid protagonizó después del partido de ida de semifinales de la Champions en el Santiago Bernabéu sí que avergüenza a cualquiera que se sienta deportista", señaló Sandro Rosell.

También recordó el dirigente azulgrana que cuando el Barcelona decidió denunciar a Mourinho ante la UEFA, "sorprendentemente la respuesta del Real Madrid fue una denuncia hacia ocho de nuestros jugadores, a los que acusó de conductas antideportivas e, incluso, racistas, con el objetivo de que no pudieran disputar el partido de vuelta en el Camp Nou".

Rosell aseguró que hasta hoy no se había decidido a dar su versión de lo ocurrido para "preservar los intereses deportivos" del equipo catalán, así como para cumplir con "la responsabilidad social" que personalmente tiene como representante de 180.000 socios.

"Nos provocaron, pero nos aguantamos", explicó Rosell, quien aclaró que "una vez más el fútbol ha puesto a todo el mundo en su sitio" y, al respecto, añadió que "la exhibición de Wembley (en la final de la Champions) es la respuesta más contundente a los ataques recibidos esta temporada".

Rosell manifestó que "la rivalidad" con el Real Madrid continuará la temporada que viene, pero que el Barcelona "no permitirá" que se vuelven a pasar "los límites de la deportividad", e insistió en que se romperán las relaciones institucionales con la entidad blanca si se repiten sucesos como los vividos en la última temporada.

"El fútbol se merece una competición limpia y el Barça hará todo lo posible para preservarla. Si hace falta volveremos a la justicia ordinaria y a los estamentos deportivos que corresponda", indicó.

Además, Rosell recordó que el club tuvo que acudir a los tribunales para defender su honor ante acusaciones de dopaje por parte de la cadena Cope, quien había citado al Real Madrid como "fuente y origen" de la información.

"Les aseguro que si alguien, en nombre del Barça, se hubiera atrevido a hacer una acusación de este tipo, habríamos actuado con firmeza, desmintiendo de manera inmediata y llevando a sus responsables a los tribunales. Habríamos agradecido una respuesta similar por parte del Real Madrid, que lamentablemente no se produjo", matizó el presidente.

En cualquier caso, Rosell comentó que el Barcelona "no se pondrá a la altura de determinados comportamientos", porque los valores de la entidad azulgrana, "los que enseñamos a los jóvenes de La Masía, los que defendemos y respetamos desde hace muchas décadas", dijo, no se lo permiten.

Sin embargo, Sandro Rosell advirtió a la entidad blanca que "si los límites de la deportividad se vuelven a sobrepasar", entonces el Barcelona se sentirá "obligado" a romper las relaciones institucionales, algo que "de ninguna manera" desea el club barcelonista.

"No lo deseamos, pero no nos temblará el pulso si tenemos que hacerlo", señaló el presidente del Barça, quien agregó que hace unos días el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, aseguró que su club "no parará" hasta conseguir la décima Liga de Campeones, algo que espera que lo intenten, dijo, "desde el terreno de juego, con deportividad y recuperando una manera de hacer que, me consta, quieren los madridistas".

Rosell insistió en que Pérez tiene ahora la oportunidad de "volver a reconducir" las relaciones entre ambos clubes, tanto dentro como fuera del terreno de juego: "El fútbol, que acostumbra a devolverte todo lo que le das, será el gran beneficiado", concluyó el máximo mandatario blaugrana.