José María Ramos es uno de los entrenadores más veteranos del fútbol tinerfeño, con un currículo impresionante y que lleva entrenando muchos años. En una de sus etapas estuvo dirigiendo cinco partidos al CD Tenerife, en época pretérita, en sustitución de Joseíto, y logró salvar al equipo del descenso a Tercera. Lo mejor que le ha sucedido es su enriquecimiento por todos los equipos que ha pasado, trayectoria que ha ido desde el representativo hasta el Atlético Restinga, de la isla de El Hierro, la temporada pasada, cuando por vez primera militó en Primera, y con varias semanas de antelación el equipo garantizó la permanencia.

Ramos comenzó diciendo que "ellos quieren que siga allí. El equipo estuvo muy bien durante la competición y derrotamos entre otros al Valle Frontera y Esperanza. Me he encontrado una directiva muy trabajadora, con una plantilla que se entregó al máximo, más con la incorporación de varios jugadores como Juanfra, Cristo y Cristian, de aquí de Tenerife, y ganamos en competitividad. Con ellos, junto a jóvenes y veteranos como Pavón y Chiqui, entre otros, formamos una gran piña. Este año próximo querían que me quedara, pero no en la mismas condiciones, pues en esta temporada viví y entrene allí y ahora pretendían, por el tema económico, que entrenara en Tenerife y eso no me gusta. Estuve muy a gusto y estoy muy agradecido por el trato que me dispensaron. Trabajamos mucho desde agosto. La fiesta de fin de temporada la hicimos antes del último partido de Liga, pasando dos días en un hotel del sur de Tenerife, en el que los chicos tuvieron que colaborar".

Ramos tiene claro que la negativa "no es por miedo al fracaso, sino que no me gusta entrenar fuera de la Isla. También quiero dar las gracias al pueblo de La Restinga y a la asociación Chincanayro de Tenerife, donde entrenaron los chicos que estaban aquí".