Antonio Calderón ha decidido que es el momento de retocar sus ideas. La derrota el pasado domingo en Getafe, la primera del curso, ha provocado que se esté planteando no solo tocar el once sino introducir alguna leve variante en el sistema. Ayer, el técnico mostró sus planes en el partidillo que planteó en la parte central del entrenamiento y con ello dejó claro que considera que el foco de los defectos que ha demostrado el equipo hasta ahora se sitúa del centro del campo hacia adelante -volvió a probar con Meji, Tarantino, Medina y Cristóbal en defensa-. Así, de inicio decidió poner en el teórico equipo suplente a Abel y Rubén Rosquete, titulares el pasado domingo en Madrid. Kitoko y Perona fueron los beneficiados. Al congoleño, al que apartó del once tras el partido frente al Conquense, lo colocó al lado de Marcos Rodríguez, mientras que al punta valenciano, que también lleva tres jornadas de suplente, lo situó en la banda derecha. No es la primera vez que Calderón recurre a esta apuesta. Sin ir más lejos, en los dos últimos partidos -ante el Coruxo y frente al Getafe B-, saliendo desde el banquillo ya le dio ese rol. Como tampoco es una novedad para Víctor Bravo actuar en la mediapunta -en la pretemporada fue habitual verlo en esa demarcación-. Ese es el segundo retoque que se plantea hacer de cara al partido frente al Montañeros. El tercero y último atañe a Ferrán Tacón, que pasaría de jugar a pierna cambiada a hacerlo en su posición natural -interior zurdo-. De esta manera, Kiko El Ratón quedaría, sobre el papel, como único punta. Poco a poco, conforme transcurría el partidillo, el técnico expuso otras alternativas. Entre otros cambios decidió sacar a Marcos Rodríguez y colocar a Zazo con Kitoko, además de prescindir de Víctor Bravo y dar a Nico la mediapunta. Lo que, en teoría, podría interpretarse como un 4-1-4-1, en el que destaca la clara vocación ofensiva de Álvaro Zazo.