Fue solo cuestión de acierto. El Tenerife puso el fútbol y las ocasiones en la segunda parte para regresar a la Isla con los tres puntos, pero su falta de puntería permitió a La Roda conservar la imbatibilidad en su campo, donde no pierde desde marzo de este año. El punto no es un premio justo para los blanquiazules, que solo han sumado un punto de nueve en sus tres últimas visitas, pero la imagen que ofrecieron tras el descanso permite alimentar el optimismo. Eso sí, no un optimismo desbordante porque eso ya sucedió tras los primorosos 45 minutos ante el Montañeros o la primera hora de partido en El Molinón.

Y es que la asignatura pendiente del conjunto que dirige Antonio Calderón sigue siendo la de realizar una actuación completa que dure 90 minutos. Ayer, desperdició la primera parte cayendo en el guión que pretendía imponer el cuadro local. Presionando muy arriba, los de Antonio Cabezuelo Rojo ensuciaron la salida de balón de la escuadra visitante que, como de costumbre, se rindió pronto al recurso fácil del pelotazo. Sin posibilidad de combinar, salvo en contadas excepciones, las llegadas con algo de mérito antes del descanso se redujeron a dos segundas jugadas. Dos centros desde la banda, uno de Tacón y otro de Chechu, que remataron Zazo (9'') y Luna (39'') sin que la grada se sobresaltara en exceso.

Tampoco es que La Roda pusiera en dificultades a Sergio Aragoneses, al que sólo probaron con dos disparos lejanos de Espínola (10'') y Megías (22''). Así, el juego se perdía en disputas individuales, balones divididos y constantes interrupciones. La enésima apuesta de Calderón estaba fracasando ante un equipo de juego rústico, pero con confianza en sus posibilidades. Un grupo consciente de sus limitaciones y que, a diferencia del tinerfeño, no ha necesitado un gran período de adaptación porque no revolucionó su plantilla en verano.

El plan manchego ya lo esperaba el técnico visitante, que apostó por Zazo y Nico en la creación. Hasta el receso, el primero escapó gracias a un gran derroche físico, mientras el segundo naufragaba. No menos que Tarantino, refugiado en el lateral izquierdo, y que pudo ser expulsado tras una dura entrada (24''). Los cambios de Calderón no habían resultado felices hasta ese momento. Hasta Luna rozó el penalty (19'') en una acción con Megías en la que arregló su propio despiste. Pero el acierto que le faltó en el once lo tuvo para los cambios. Dio entrada a Meji para no acabar en inferioridad y a Perona, buscando una mayor profundidad. El cambio fue radical.

Zazo se situó junto a Kitoko y el dibujo táctico pasó al 4-4-2 del arranque de la temporada. Ahora que parecía que el 4-1-4-1 era la solución a todos los males, había que cambiarlo. El caso es que el centro del campo pasó a estar controlado por los blanquiazules y La Roda se vio obligado a acentuar su ya de por sí exagerado juego directo. Ganando cada pelotazo, la zaga insular empujó hacia arriba y las ocasiones fueron llegando. De ello tuvo mucha culpa Chechu, que da otra dimensión al juego de banda en el Tenerife. Ya había puesto un balón de gol antes del descanso a Kiko Ratón, que falló ante Bocanegra (45''), e iba a repetirlo en la reanudación. En su primer centro peligroso, Tacón remató forzado en el segundo palo (48'') sin encontrar portería. El catalán dispuso de una oportunidad aún más clara poco después, gracias a una gran internada de Perona. En el área chica, con Bocanegra en el suelo, no atinó a contactar de lleno con el esférico (50''). El bote no le ayudó, pero ésas hay que meterlas.

Había llegado la ocasión de ganar el partido para los tinerfeñistas. Chechu, un quebradero de cabeza para los locales, puso otros dos buenos balones. Kiko Ratón cabeceó fuera el primero (61'') y, de nuevo Tacón, se lió en el recorte delante del defensa (63''). El abrumador dominio del conjunto insular debía traducirse en un gol más pronto que tarde. Pero faltó puntería y, cuando no se aprovecha el momento, se pasa el arroz.

Rojo obvió las dificultades defensivas de su equipo y recurrió a Íker Torre. Más leña al fuego del juego directo. El caso es que, en este tipo de partidos, alguna suele tener el dominado. Y llegó. Un córner, concedido a duras penas por la zaga blanquiazul, acabó en la cabeza de Torre. Lo tenía todo: estaba bien situado, llegaba con fuerza y no le molestaba el defensor... Pero se encontró con Sergio Aragoneses. El meta gallego, un espectador hasta ese momento de la segunda parte, realizó una intervención para grabar y reproducir muchas veces (71'').

Pasado el susto, el Tenerife peleó contra su cansancio y buscó el triunfo hasta casi el final. El casi es la salida de Chechu del terreno de juego. Hasta le dio tiempo de pedir un penalty sobre Kiko Ratón (81'') y rondar el área adversaria hasta el pitido final.