Pablo Sicilia es el primer refuerzo del Tenerife en el mercado de invierno. Resulta curioso darle tal consideración a un futbolista que cumple su sexta campaña en el Tenerife, es el que más partidos acumula junto a Sergio Aragoneses -ha disputado 168- y hasta se convirtió en el defensa más goleador de la última década en la entidad, después de los seis goles que marcó el pasado curso. Pablo tiene el alta médica desde hace algunas semanas, pero llegó a un acuerdo con el Tenerife en verano para ser inscrito en enero.

Casi seis meses han transcurrido desde que se rompió los ligamentos de la rodilla derecha y pasó por el quirófano. Un duro revés que se unió al dolor del descenso. Pero eso ya pasó. Sicilia vuelve a los terrenos de juego en un momento de dudas. Ello aumenta su motivación. Tiene ganas y mucha fe en recompensar al menos en parte a su querida afición por todos los sinsabores que han sufrido en las últimas campañas y, contribuir, de paso a construir una base de confianza en el equipo.

Ya tendrá ganas de acabe el año 2011, ¿no?

Siempre pienso que hay gente que lo ha pasado peor que nosotros. A todo lo malo hay que sacarle el lado positivo y estoy completamente seguro de que lo que vale es tener la conciencia tranquila por haber hecho todo lo posible por cambiar las cosas. A partir de ahí hay cuestiones en las que uno no puede influir.

¿Qué de positivo ha sacado de este 2011 en el que además del descenso ha sufrido la peor lesión de su carrera?

Se ha aprendido que cuando uno no compite al cien por cien o no hace bien las cosas pasan desgracias como estas. Tenemos que ser conscientes de que lo que hacemos repercute no solo en el estado anímico de la gente, sino en la economía de nuestra sociedad.

De todo lo que ha vivido, ¿qué imagen o detalle se le ha quedado grabado?

Está claro que el descenso. Fue una desilusión enorme. Nadie se lo esperaba.

¿Y su lesión?

Al fin y al cabo eso es algo personal. Son cosas que pasan en el fútbol y me pasó a mí. El descenso supuso una gran desilusión para muchas personas. Pero también sabemos que la economía de la Isla se vio afectada porque no es lo mismo que el equipo esté en Segunda a que esté en Segunda B.

Hablemos de esta temporada ¿Qué sensaciones le han dejado los primeros meses en la nueva categoría?

Hemos comprobado que solo con el escudo no se gana. Hay que salir cada partido a por todas. Debemos trabajar, ser conscientes de que cualquiera te puede hacer daño y demostrar que podemos estar más arriba.

¿Realmente le ha costado tanto a este grupo nuevo adaptarse?

Quizás ha costado un poco más. Algunos lo consiguieron antes y otros un poco más tarde. Está claro que el juego no está siendo lo que se esperaba, pero dentro de lo malo estamos entre los cuatro primeros, que ya es importante. Ese es un buen motivo para seguir luchando y, a partir de ahí crecer. Y debemos hacerlo de inmediato. Sin ir más lejos en el próximo partido contra el Alcalá tenemos que ofrecer ya otra imagen.

Por su experiencia, ¿le inquietan los cánticos contra Calderón?

Me pongo en la piel del míster y no tiene que ser agradable, pero es la opinión de mucha gente. Hay que asimilarla y tratar de que te provoquen ganas de seguir trabajando y que no causen el efecto contrario.

¿El vestuario está con Calderón?

Sí. La plantilla está unida y todos queremos sacar esto adelante. Él dirige al equipo y juntos tratamos de ganar partidos. Por unas circunstancias o por otras últimamente no lo hemos logrado, pero esa es la intención siempre. A mi me gustaría que esa unión que hay en el equipo se traslade también a la afición y a la prensa porque cuanto más juntos estemos, más fácil será todo.

Teniendo en cuenta lo especial de sus circunstancias, ¿cómo es su relación con el míster?

Me va preguntando por mis sensaciones, por cómo evoluciono y me encuentro físicamente. Me da ánimos y como veterano del vestuario me pide que ayude a los que más lo necesiten para adaptarse. Por ahora, mi relación con él ha sido buena. No ha habido ningún pero. Aunque tampoco se lo que es su relación con un futbolista que juega porque siempre he estado en la grada. Pero lo que he visto es que siempre trata de aportar cosas positivas.

¿Ha apelado tal vez a su experiencia como defensa que sabe lo que es recibir muchas críticas?

Durante la semana hay muchas cosas que mejorar y lo que siempre trato es ayudar al grupo porque la cosa mejore y funcione. Es algo que va en mí. Luego he intentado darles tranquilidad y confianza para que a la hora de saltar al campo lo hagan con las mayores garantías, sin miedo ni incertidumbre.

¿Mantiene el mismo nivel de optimismo que al principio del curso? ¿Podrán lograr el objetivo de quedar primeros?

El objetivo lo tenemos claro y por eso vamos a luchar. No será fácil porque ya se ha visto que aquí cualquiera puede ganarte y hay muchos candidatos al ascenso, pero lo intentaremos. De eso que no quepa duda.

¿Ya está apto para competir?

Sí. La rodilla está en plenas condiciones. No me ha dado problemas. Espero estar en condiciones para que el míster, al menos, cuente conmigo en el próximo partido contra el Alcalá.

¿Es consciente de que hay un considerable sector de la afición que ha puesto mucha fe en la aportación que pueda hacer al equipo?

Eso es un reto bonito para mí. Me da confianza y más ganas aún de querer volver. La gente me para mucho por la calle, me pregunta por la rodilla, por cómo estoy, cuándo vuelvo, ... Eso es una responsabilidad que asumo y trataré de responder dando lo máximo de mí para intentar ascender con el Tenerife.

¿Le ha costado, en algún caso, controlar el ansia por volver?

Lo enfoco desde el punto de vista del aprendizaje. Quiero seguir mejorando y hacer las cosas bien. No pienso en que voy a tener más presión. Lo que me planteo es que hay mucha gente que quiere que vuelva a jugar, que espera mucho de mí y quiero demostrarle que estoy capacitado para jugar e intentar darle alegría tras alegría cada domingo.

Por lo que ha visto hasta ahora, ¿cree que le costará adaptarse a Segunda B?

Sin ir más lejos en la Copa del Rey ha habido equipos de la categoría que han eliminado a clubes de Primera. Lo que quiero decir es que al fin y al cabo, en el campo somos once contra once y todos queremos ganar, da igual la categoría. Soy consciente de que tendré que hacer un esfuerzo para coger el ritmo de juego y que aunque, no se juega al mismo nivel que en Segunda A, me obligará a trabajar igual de fuerte.

¿Si le dieran a elegir preferiría esperar a debutar en un partido en casa o querría hacerlo el día ocho en Alcalá?

Cuanto antes pueda jugar, mejor. Llevo tiempo entrenando con el equipo y estar jornada a jornada sin poder entrar ni siquiera en la convocatoria porque no tenía ficha es un poco atípico. Estaba acostumbrado a luchar por tratar de ganarme un puesto y que el míster decidiera, pero hasta el día de hoy no he tenido esa oportunidad. A partir de ahora se abre una nueva etapa en mi temporada en la que podré competir con los compañeros y si el míster lo considera oportuno, jugar.

Pero espera con especial ilusión el momento de volver a jugar en el estadio, ¿no?

Volver a jugar en el estadio es lo que más he soñado en los últimos tiempos. Me gustaría que llegara ya y que saliera todo bien.

¿Qué le diría a la afición?

Se que les puede resultar difícil, pero creo que hay que confiar en el equipo. Debemos estar más unidos que nunca, a pesar de que hay veces de que no les damos motivos para que hagan el esfuerzo. Pero por mi parte y del resto del equipo nos comprometemos a trabajar por darles alegrías para lograr el objetivo del ascenso.

La última: ¿para cuando su renovación?

Ahí está. La negociación está parada. Se habló en su día, no se llegó a un acuerdo y la dejamos ahí. Ya se retomará.