El Manchester United, liderado por el búlgaro Dimitar Berbatov, goleó al Wigan del español Roberto Martínez (5-0) para rentabilizar un nuevo tropiezo del Manchester City, al que dio caza en el liderato para reanimar la lucha por el título de la Premier.

El Boxing Day, el día 26 de diciembre, dio un nuevo aire a la competición. El City, dominador hasta ahora del torneo, no pasó del empate en el campo del West Bromwich Albion, y ya no tiene ventaja alguna. Se sostiene en el liderato por la diferencia de goles. Nada más. El United ya está a su altura tras una jornada en la que el Chelsea dimitió definitivamente de la carrera por el título.

La penúltima jornada del año delató la fatiga del Manchester City, que empieza a ser presa de la presión. Acuciado por su vecino en los últimos partidos, no resuelve con la solvencia de antaño. Le ha hecho daño al conjunto de Roberto Mancini la eliminación de la Liga de Campeones. Lo contrario que al United, al menos aparentemente.

La pólvora que alimenta al City se aguó en el estadio The Hawthorns, donde fue incapaz de marcar. La ansiedad pudo con el español David Silva, el italiano Mario Balotelli y el argentino Kun Agüero. Tras un inicio prometedor, la fortaleza blue se diluyó progresivamente frente a un adversario serio, que buscó sus opciones a la contra y que gozó de ocasiones para infligir a su adversario un daño mayor.

Mientras el City sufría, el United regalaba un festival. Sin el español David de Gea en la meta, aprovechó el oportunismo de Berbatov para ensañarse por un adversario con el que nunca ha perdido. Fue la noche de reivindicación del búlgaro, que firmó tres de los cinco tantos de su equipo. Sin embargo, la goleada la abrió el coreano Ji-Sung Park a los ocho minutos. La expulsión de Conor Sammon antes del descanso desarmó definitivamente al cuadro del español Roberto Martínez.