Esto es otra cosa. El Tenerife sigue sin ser un equipo consistente, con una identidad definida y que concrete sus llegadas en remates a portería. Pero al menos ya sabe lo que quiere ser y está en el camino de conseguirlo. Puede que necesite tiempo y hasta algún retoque en forma de mediocentro que halle milagrosamente Cordero en el mercado de jugadores libres, pero la llegada de Andrés García Tébar le ha devuelto al camino correcto.

"Tebarianos".- Comienzan a sumarse al credo del nuevo entrenador los aficionados blanquiazules, que ha visto a su equipo dar la cara como nunca antes durante esta temporada. Al haber del preparador albaceteño hay que sumar varios aspectos: defensa más adelantada, líneas más juntas, presión más ordenada, mayor intensidad y una apuesta clara cuando está en posesión del balón. Ahora solo falta el desarrollo del juego.

Siempre un mediapunta.- Es fútbol puro. Luismi Loro lleva dos asistencias y un gol en dos comparecencias. Con él se recupera la figura del mediapunta, un puesto que define la identidad blanquiazul y que siempre ha dado alegrías a la afición tinerfeña. Al futbolista madrileño solo le falta un pequeño detalle: que sus compañeros le entiendan. Su primer socio va a ser Kike López y los siguientes candidatos a "hablar su idioma" parecen Chechu y Jorge Perona. Para ello, el técnico debería decantarse por el valenciano como hombre más adelantado. Perdería juego aéreo y un recurso en caso de atasco por el medio, pero ganaría en todo lo demás.

Gol de capitán.- Ver a Pablo Sicilia correr celebrando un gol, con el brazalete de capitán en el brazo y después de superar una grave lesión es otro síntoma de que las cosas empiezan a cambiar de rumbo. El central grancanario debe seguir mejorando su tono competitivo (porque los milagros no existen y llevaba seis meses sin jugar), pero ya tiene colgado el cartel de titular en una zaga tan inestable como tendente al error durante la primera vuelta del Campeonato.

Cosas por mejorar.- No está todo resuelto ni se puede bajar la intensidad al nivel de la época de Calderón o volverán a aparecer los males del pasado. También queda por aclarar el papel del doble pivote en este nuevo Tenerife de García Tébar. Ayer, Kitoko y Marcos realizaron una gris primera parte. Gris para no utilizar un calificativo más doloroso para los protagonistas. El congoleño mejoró cuando se quedó solo cubriendo la espalda de Luismi Loro. El gallego, que tuvo la mala suerte de marcar en propia puerta, sigue con su particular crisis de confianza. O nos lo han cambiado o no era tan bueno como decían. El caso es que el tiempo se le agota.