Una vez más el Tenerife se encontrará con una realidad radicalmente opuesta a la suya. El Montañeros, su próximo rival, ejemplifica la cara más modesta de la 2ª B. Fiel reflejo de ello son sus instalaciones: el Complejo Deportivo de Elviña Grande, un amplio recinto perteneciente a la Xunta de Galicia en el que amén de dos campos de fútbol de hierba sintética -el principal con capacidad para 1.500 espectadores y uno anexo más pequeño-, dispone de canchas de padel, una pista polideportiva, piscina y gimnasio, que el organismo autonómico oferta entre sus servicios a través del Ayuntamiento de A Coruña. Por lo tanto, amén del próximo rival blanquiazul y su amplia cadena de filiales, el campo de Elviña Grande es utilizado por varios clubes de la zona. Con lo cual, los fines de semana acoge partidos de diversas categorías. Y así sucede desde que se instaló la superficie de césped sintético en 2008.

Un campo irregular.- Teniendo en cuenta lo anterior, resulta lógico que el césped se haya deteriorado hasta tal punto que resulte un factor preocupante para un equipo como el Tenerife, acostumbrado a entrenar y jugar en hierba natural. "Está bastante gastado, tiene más caucho que verde. No es un campo agradable para jugar", advirtió ayer Marcos Rodríguez. La experiencia le dice al gallego que el hecho de que sus dimensiones sean parecidas a las del Coruxo, es decir que se trate de un campo algo más pequeño a lo habitual, no pueda resultar tan determinante a priori como la dificultad que les supondrá adaptarse a una superficie diferente "en todos los aspectos". "Se nota a nivel físico, en el control y el bote del balón, a la hora de frenar, de girar,... Es bastante diferente al césped natural", apuntilló Marcos, insistiendo en la importancia de que aprovechen estos días en que están ejercitándose en el campo de hierba artificial de El Mundialito para "intentar acostumbrarse y llegar de la mejor forma posible al partido", pues visitas a campos como el Montañeros, recordó, son las que suelen perjudicar de manera irreversible a cualquier aspirante al ascenso. "Son partidos trampas. Es un campo difícil en el que se quedan muchos puntos y ganar te da estar ahí arriba, meterte en la puja por el primer puesto", comentó.

Otro punto de vista.- Esta temporada los blanquiazules solo han pisado el césped artificial en su visita al Vecindario. Aquel partido acabó 1-1. Y los blanquiazules celebraron la capacidad de adaptación que demostraron ese tipo de superficie. ¿Será muy diferente el panorama que se encontrarán en A Coruña este domingo? José Juan Almeida, entrenador del Vecindario, dice que no. "No es el césped de última generación que lleva un tiempo instalándose, sino más o menos como el nuestro y se conserva igual. Está un poco desgastadillo", reveló, al tiempo que se mostraba convencido de que no considera que resulte un escollo que pueda influir de manera decisiva en el partido del domingo. "Es peor un césped natural helado como el que nos encontramos nosotros en Leganés. Y yo que vi el partido Conquense-Tenerife, me parece que el campo del Montañeros está mejor que el que se encontró en Cuenca", resaltó. El Vecindario visitó el Elviña Grande en la jornada 18 y acabó cediendo los tres puntos en el último suspiro. "Fue un partido malo. El gol fue en el descuento", lamenta Almeida. Aquel era otro Montañeros, pues lo dirigía José Ramón González, que fue sustituido hace tres jornadas por Alex Suárez. Así que lo único que asegura Almeida es que "individualmente es un buen equipo", que, por otro lado, ni siente la presión de la grada por su mala situación, ni el calor de la misma como apoyo: "Cuando fuimos creo que no había más de 50 personas a la grada. No es una afición bulliciosa, ni muy ruidosa", asegura Almeida.