La semana no ha seguido el guión que tenía previsto Andrés García Tébar, lo que hizo estallar al entrenador blanquiazul en rueda de prensa y, 24 horas más tarde, disculparse ante su plantilla. Superados esos días de jugadores entre algodones, noches de Carnaval y otras distracciones, el Tenerife se presenta en el campo del colista Montañeros con la exigencia de ganar para recortar puntos al Real Madrid Castilla, que ayer no pasó del empate ante La Roda. El tropiezo del líder permitiría a los insulares situarse a cuatro puntos de ganar en La Coruña.

Para ello, habrá dos dificultades aparte de los argumentos futbolísticos que presente el rival. La primera es la superficie, un césped artificial gastado, irregular y que perjudica la circulación del balón y el buen juego. Ya lo advirtió el preparador tinerfeñista: se verá un partido feo, disputado y en el que las acciones a balón parado pueden resultar determinantes. Tendrá que ponerse el mono de trabajo la escuadra insular para superar a un Montañeros que, desde el relevo en la dirección técnica de José Ramón Fernández por Álex Suárez, ha mejorado. Eso sí, solo ha ganado tres encuentros en lo que va de Campeonato y buscará los tres puntos casi con desespero.

La segunda dificultad serán las bajas o problemas físicos. Llegó el equipo tinerfeño a tierras gallegas sin Kike López que, con unas molestias en el recto abdominal, se perderá el choque. Esta ausencia se une a las de Ritchie Kitoko, Razak y Tarantino, éstos últimos sancionados. Además, otros como Sergio Aragoneses arrastran problemas físicos que han provocado la convocatoria de un tercer portero. Con este panorama, García Tébar se ha decantado por Abel para suplir al mediocentro congoleño con pasaporte belga y a Ferrán Tacón por Kike López. También ha decidido jugar con dos delanteros natos (Aridane y Jorge Perona), lo que desplaza a Luismi Loro a la banda derecha para aprovechar sus diagonales.