A MEDIDA que se va acercando el desenlace de la competición, las especulaciones sobre cuál será la posición que ocupe cada equipo son mayores. La ansiedad, por conocer ese final, aumenta y, con ella, se corre el riesgo de perder brillantez en las prestaciones deportivas y se mira mucho hacia el resultado. Es así y no queda otra que asumirlo. Quien verbalice lo contrario se engaña a sí mismo.

Nueve son las jornadas que restan para ese final. Muy pocas, o muchas, según se mire. Pocas para rectificar errores y muchas para evitar que se escape lo que ya se ha conseguido.

En esa especulación de futuro está inmerso el Iberostar Canarias. Todos hacemos cábalas de cuánto falta para terminar líderes en la liga y cuáles son los principales escollos que quedan por solventar.

Hoy visita el Santiago Martín el Granada. Si hay entidades acuciadas por los problemas económicos, los granadinos están a la cabeza de esa lista. A lo largo de la temporada, se les ha aplicado un ERE que ha llevado a la salida del equipo a varios profesionales, incluido su entrenador, Curro Segura. Han hecho, junto con no pocas plantillas más, un ejercicio de profesionalidad encomiable. Hasta hace muy poco se codeaban con los mejores clubs nacionales en la ACB. Ahora tienen otra historia.

Llevan una victoria en sus últimos diez partidos. Hace siete semanas que no saben lo que es ganar. Vienen tocados, pero siguen dando muestras de profesionalidad y, a buen seguro que esta noche lo volverán a hacer.

A los aurinegros no se les debe escapar el triunfo. El Canarias tiene la obligación de cumplir, ante un rival inferior, para seguir manteniendo esa ventaja que se ha ganado muy a pulso. Una nueva victoria serviría para continuar aclarando muchas cosas. Seguir estando a tres de Menorca, y con la mirada puesta en la visita de los baleares a nuestra pista dentro de quince días, dejaría un horizonte muy despejado. Toca ganar y cumplir.