EN INMEJORABLE SITUACIÓN afronta el Iberostar Socas Canarias el mes decisivo de la competición. Los resultados de esta última jornada le han vuelto a fortalecer más, si cabe, esa posición de privilegio que viene ocupando desde casi el inicio de la temporada.

El equipo de Alejandro Martínez cumplió, haciendo un buen partido, frente a Granada y se ha visto beneficiado de la derrota de Menorca en casa ante Burgos. Ya son cuatro victorias de diferencia con sus dos inmediatos perseguidores, La Palma y el propio Menorca. A falta de ocho partidos, esta ventaja parece casi definitiva.

Sin embargo, sería prudente no perder de vista el exigente calendario que tienen los aurinegros en este mes de marzo. Burgos, Menorca, Melilla y La Palma son sus próximos cuatro rivales. Tres de ellos fuera de casa y el Menorca en el Santiago Martín, en un encuentro en el que casi podría consumarse la fiesta dentro de quince días.

Ni qué decir tiene que con el rendimiento que ha tenido el equipo a lo largo de esta temporada, estos partidos se afrontan con optimismo y con muchísima seguridad; pero no conviene, a la vista de la ventaja en la clasificación, descuidarse. Aún hay que llegar a la orilla, y esas brazadas finales suelen ser las más complicadas. Al calendario me remito.

Ahora bien, esa responsabilidad por lo que queda por afrontar no puede disimular la gozada que supone ver al Canarias en ese lugar de privilegio. Toca disfrutar y recrearse en la visión de un líder incontestable. Gana con solvencia y con la autosuficiencia de poder rotar a sus jugadores, de tal forma que puedan ir dosificándose y llegar en las mejores condiciones a posibles finales igualados.

El ascenso a la mejor liga del país está tan cerca que, aunque nos empeñemos en que aún hay que llegar a esa orilla tan próxima, no se puede disimular la euforia que supondría alcanzar ese éxito. El mes de marzo debe ser definitivo.