La última oportunidad del Barça para engancharse a la Liga y también una ocasión única para que el Real Madrid le dé carpetazo. El partido del siglo, la lucha de estilos y la rivalidad exagerada congregará hoy en el Camp Nou (19:00 horas) a una audiencia global de más de 400 millones de espectadores.

La distancia entre ambos equipos, a falta de cinco partidos, es de cuatro puntos y los errores se pagan. Especialmente en el bando local. El Barça ha sumado 11 victorias de una tacada, 33 puntos que han acortado la ventaja del Real Madrid de 10 a cuatro puntos, pero su margen es casi inexistente.

Llega el partido en el momento determinante de la temporada, en medio de las semifinales de la Champions en las que Barcelona y Real Madrid deberán remontar ante Chelsea y Bayern de Múnich para poderse medir en el que sería el partido más grande nunca antes jugado, pero ésa es otra historia.

El Barcelona, que llegó a estar 13 puntos por abajo del Real Madrid antes de jugar en el Calderón, ha vivido desde entonces de la mejora de su fútbol y de la motivación extra generada por su entrenador, Pep Guardiola, quien hace semanas lanzó un mensaje único: "Esta Liga es imposible que la ganemos".

La aportación de Leo Messi está resultando determinante. El argentino bate todos los récords goleadores, el equipo funciona y, en el momento determinante, todas las piezas parecen engrasadas. Para el Barça solo vale la victoria. Ganar hoy y los otros cuatro partidos que quedan para el final de la Liga y esperar, al menos, que el Real Madrid empate uno en ese periodo. De puertas hacia fuera, Guardiola tiene algunas dudas. Estará pendiente de la evolución de Alexis Sánchez, que llegó a Barcelona cojeando tras una entrada de Terry. En la citación entraron Bartra, Montoya y Tello, del filial.

Mientras el estilo del Barça es inalterable en los clásicos, donde Guardiola sorprende con la posición de algún jugador, en el Real Madrid solo José Mourinho sabe lo que ocurrirá en el Camp Nou. Por su cabeza pasa recuperar el trivote que ha utilizado en cuatro de 10 clásicos, aunque su segundo, Aitor Karanka, asegura que no tocarán el dibujo de sus tres últimas visitas.

En ellas -en Liga de Campeones, Supercopa de España y Copa del Rey-, el Real Madrid estaba obligado a atacar porque debía remontar esas eliminatorias. Ahora, los cuatro puntos de diferencia en la Liga pueden conducir a Mourinho a levantar el castigo al francés Lass Diarra o adelantar la posición de Pepe, que le permitiría apostar por el que define como "triángulo de presión alta".

El Madrid conoce el camino hacia el éxito. El que le condujo hace justo un año hacia el único título que ha arrebatado al mejor Barça de la historia: la última Copa del Rey, en Mestalla. Con un cabezazo en la prórroga de Ronaldo. Ahora, en su mano está sentenciar el título liguero. Además, si marca establecerá un nuevo registro histórico. Superará los 107 goles del Real Madrid de John Benjamin Toshack, de la temporada 1989-90.