Podría llamarse pegada, podría explicarse como efectividad, y resultó más que suficiente. Esa cualidad de convertir en gol las ocasiones, por pocas que se creen, le dio al Marino Playa de Las Américas su segunda Copa Heliodoro Rodríguez López. El trofeo, con 62 años de vida, viajó al Sur de la Isla, pero el Tenisca regresó a La Palma con la cabeza bien alta. El cuadro merengue, con un jugador de campo menos los 20 últimos minutos, y perdiendo por dos goles de diferencia en la recta final, dio toda una lección de amor propio y actitud; no dejó de tener fe en que podía darle la vuelta al marcador hasta que el árbitro sopló su silbato por última vez.

Marino y Tenisca demostraron conocer bien lo que se jugaban. A hora y media de distancia les esperaba la alegría o la decepción e hicieron todo lo posible porque fuera lo primero, adornando la final con intensidad, juego, criterio, calidad de mayor categoría, y, a ratos, hasta con fútbol del bueno.

Ambos se conocen tan bien que salieron con la idea de minimizar errores. El Marino quería tener el balón y el Tenisca también, aunque en los minutos iniciales su principal tarea fue impedírselo al rival. Pero incluso antes de mostrar sus principios se vieron ocasiones, una por bando: Noah disparó alto desde fuera del área (2'') y Alberto despejó de puños una falta esquinada lanzada por Álex (3''). Poco después, a los 12'', Simón se internó en el área del Marino y se plantó ante Alberto para disparar sin fe. Su tiro cruzado lo sacó Guayo antes de que el balón se acercara a la línea de gol.

Las faltas se sucedían en la lucha por el control del centro del campo y el ritmo del encuentro se ralentizó hasta que el Tenisca encontró, pasado el cuarto de hora, la solución. Transiciones rápidas desde sus laterales y verticalidad suplieron al fútbol combinado y centraron el interés del partido en el campo del Marino.

Memo, con un tiro alto (16'') en posición de extremo derecho; un centro de Dani Castro, aprovechando una indecisión de Noda y que acabó en afortunada intervención de Alberto (30''); una contra iniciada por Jordan (35'') o un dudoso fuera de juego a Memo tras un pase en largo de Cabrera (43'') provocaron en el primer período la inquietud del Marino, que, si bien no lo pasó mal en este tiempo, no estuvo nada cómodo, como preveía, y apenas pudo generar peligro. Tan solo un balón colgado al área de Cristo Martín que Otniel atrapó sin complicaciones (26''), un flojo y desviado disparo de Balduino (30'') y un tiro lejano de Jordan se anotaron en el haber de los sureños. Con 0-0 en el marcador y el Tenisca dejando mejores sensaciones acabó la primera mitad.

En el tiempo de las correcciones, los entrenadores de ambos equipos introdujeron cambios. Willy Barroso sacrificó a Jordan y Alexis, dando entrada a Maykel y Peraza. Acertó.

A los dos minutos de la reanudación, un ataque del Tenisca se convirtió en una contra del Marino. Peraza, con el balón pegado al pie, avanzó 40 metros por la banda derecha de su ataque para poner el balón en el centro del área y asistir a Balduino, que batió por primera vez a Otniel.

Siete minutos después, sin que nada hubiera pasado en ese tiempo, una falta sobre Peraza en la línea de medios del Tenisca la lanzó Maykel en largo y la cabeceó Noah a la red con la defensa palmera parada, en línea y detrás de él. Los blancos reclamaron fuera de juego en esa acción que les dejaba dos goles por debajo en el marcador.

Pero el acierto del Marino se hizo aún mayor cuando, a los 58 minutos, una contra acabó con derribo a Noah al borde del área y en perpendicular a la portería. La falta, de esas que gustan a los buenos lanzadores y levantan comentarios en la grada, la convirtió Cristo Martín en el 3-0.

Parecía que iba a sobrar la última media hora, pero el equipo que entrena Javier Vales se encargó de que no fuera así. Sacó su amor propio y comenzó una lucha titánica contra el reloj. El Marino ya no tenía tanta obligación de mirar a la portería rival y era el conjunto palmero el principal protagonista.

Un tiro cruzado de Álex (61''), tras jugadón de Dani López; un disparo alto de Adrián tras dejada de Memo (62''); los mismos actores con los roles cambiados, apurando Memo más de la cuenta ante Alberto (68'') pudieron haber cambiado el marcador, pero no fue así y, para mayor desventura, Jeffrey y Airam se enzarzaron y llegaron a las manos, viendo el árbitro solo como el "5" (aunque su camiseta no llevaba número) del Tenisca agredía al tinerfeño. Una tarjeta roja que poco ayudaba a su equipo en su empresa.

Pero pese a ello, el guión no se modificó y eso que Javier Vales retiró a Memo, su referente en ataque, del campo para dar entrada al central Óliver Santana. El Marino estaba justo de fuerzas y el Tenisca tenía hambre de gol, aunque le faltara una de sus piezas.

A 10 minutos del final, un pase de Adrián Gutiérrez entre líneas a Dani López supuso una internada de éste que acabó con Simón empujando el balón al fondo de la red. Era el 3-1. Y un minuto después, una falta sacada por Cabrera la remató Adrián al palo. La cara de la afición marinista cambiaba, pero el misión del Tenisca era casi un imposible ante un Marino que sí supo matar el tiempo.