El Tenerife aseguró en Luanco su presencia en el "play-off" de ascenso y, aprovechando el tropiezo en casa del Lugo, hasta escaló una posición en la tabla situándose segundo. Lo hizo con una exhibición de pegada, sabiendo sufrir cuando el Marino apretó y aprovechando los defectos del rival para sumar su segunda victoria consecutiva. Ahora no se puede dar la espalda a lo sucedido durante la temporada, pero el caso es que los blanquiazules llegan a la última jornada en una situación casi inmejorable. El casi es que no pudieron luchar por el liderato y deberán superar tres eliminatorias para ascender.

Quique Medina le ha cambiado la cara al conjunto insular. No hace milagros, por lo que permanecen los errores individuales y la falta de precisión en muchas acciones. Tampoco ha logrado evitar que la intensidad se reduzca en algunos tramos de partido hasta darle vida al rival. Pero sí le ha dado una idea de juego. Los blanquiazules quieren ahora tocar y tienen paciencia para ello. Carecen de un mediapunta, pero han logrado suplirlo con la participación de Chechu y Kike López por las bandas o el trabajo de su pareja de delanteros. A Perona se le ve con movilidad siempre que el balón lo tiene su equipo. A Aridane es fácil encontrarlo presionando al mediocentro creativo del rival si recurren a él para darle salida a sus jugadas ofensivas.

A partir de ahí se puede construir un aspirante al ascenso. Queda camino y hay poco tiempo, pero menos había hace un mes cuando los jugadores y el anterior técnico andaban enfrentados. Ayer, supieron aguantar el empuje inicial del Marino. Fraguado a base de algún balón largo para generar dudas en la defensa visitante, no supuso ese control de los primeros minutos inquietud alguna para Sergio Aragoneses. De hecho, el gallego enfiló el camino de los modestos vestuarios de Miramar al descanso casi sin haberse ensuciado la indumentaria celeste que lucía.

En ese interés por conservar el balón le faltó profundidad al Tenerife en el arranque. Eso sí, cuando encontró el camino, se adelantó en el marcador. Fue en el minuto 22, cuando una internada por la banda de Chechu Flores acabó con un medido centro a la cabeza de Aridane. Dimitió Rafa Ponzo y el grancanario no perdonó. La ventaja aportó tranquilidad a los visitantes. Quizá demasiada. En ese exceso vieron la amarilla los advertidos Raúl Llorente y Ritchie Kitoko. Parecía pronto. Su siguiente disparo a portería tardó 18 minutos más en llegar. Fue de Kike López.

El ritmo del encuentro fue descendiendo y el equipo de José Luis Quirós encontró un par de contragolpes para sacudirse el dominio del rival. En uno de ellos, Jony dio el susto de la tarde (hasta ese momento) a Aragoneses disparando al palo izquierdo (42''). Pareció arrancar en posición dudosa, pero el colegiado no quiso "estropear" la acción. El Tenerife pidió el descanso por señas y el receso devolvió la tranquilidad. Medina recogió a Chechu al centro formando un 4-1-4-1 en el que Perona jugó escorado a la izquierda. Con mayor peso en la medular, se volvió a jugar a lo que quería la escuadra canaria.

Aún así, el Marino mantuvo el brío y pudo conseguir el empate en dos rápidas transiciones. Jony dispuso de una ocasión casi inmejorable después de un centro de Prendes. Su cabezazo se marchó alto (47''). Luego fue Castaño el que disparó desde dentro del área para que se luciera Aragoneses (51''). El conjunto de Medina dudó. Tenía más el balón, pero era incapaz de llegar con peligro. Y, por si fuera poco, los locales sí inquietaban al contragolpe.

Pero cuando mejor parecía ponerse el partido para los intereses asturianos, apareció Jorge Perona. Y Chechu, que puso otro centro desde la derecha para que el delantero aumentara su cuenta goleadora (54''). El 0-2 fue un mazazo del que ya no se recuperó el equipo de José Luis Quirós. De hecho, Zazo pudo aumentar la ventaja si no fuera porque Ponzo desvió su cabezazo (62'') después de un buen centro de Perona. Como no pudo conseguirlo "disfrazado" de asistente, el atacante valenciano regresó a su papel habitual de goleador para conseguir, de duro disparo, el tercero a pase de Luismi Loro (71'').

Ni los cambios de uno y otro conjunto cambiaron el rumbo del encuentro. Hasta Aridane pudo completar la goleada, pero disparó blando después de una dejada de Pablo Sicilia (80''). El Marino, que pretendía ganar para estar presente en la próxima edición de la Copa del Rey, se acabó resignando ante la superioridad de un Tenerife que no fue brillante, pero sí claramente mejor. Y que llega al tramo decisivo de la temporada con la predisposición necesaria para soñar.