La celebración en la plaza de Neptuno marcó el éxtasis final de los festejos por la conquista de la Liga Europa, con miles de aficionados rojiblancos que desbordaron el tradicional lugar de celebraciones del Atlético de Madrid y coparon las calles adyacentes. Si centenares de seguidores habían acompañado a los jugadores a la Catedral de La Almudena y el número aumentó durante el periplo por el ayuntamiento y la sede de la Comunidad, nada pudo compararse con la llegada a la plaza de Neptuno, un lugar que los atléticos sienten como propio y donde fue imposible contener la euforia.

Conforme al horario previsto, la guagua descapotable entró en la plaza a última hora de la tarde, jaleada por una afición que coreó con insistencia del nombre del colombiano Radamel Falcao, el héroe de la final, al marcar dos goles, y del técnico Diego Simeone. Una vez en la plaza, miles de personas entonaron el himno, bufandas y banderas al aire, aplaudieron a sus ídolos y vivieron la apoteosis final cuando el capitán anudó una bufanda al cuello del dios Neptuno.

La "parada rojiblanca" había comenzado sobre las cinco de la tarde en la Catedral de La Almudena, donde el club ofreció el título a la Patrona de Madrid, "y del club" como dijo el presidente, Enrique Cerezo. De allí, se dirigieron al Ayuntamiento, donde fueron agasajados por la alcaldesa, Ana Botella, que ya había acompañado al equipo en Bucarest.

La siguiente parada, en la sede de la Comunidad, permitió que toda la plantilla viese cómo la afición se había echado a la calle, porque ya en la Puerta del Sol fueron aclamados por miles de ellos.