Disculparse. Ese era el único mensaje que, abatido, Quique Medina quería transmitir. El entrenador del CD Tenerife se mostró en la sala de prensa tan calmado como siempre, realista y señor. Y eso sin esconder su tristeza.

"La sensación que se te queda es de tristeza por no haber podido lograr el objetivo. Ahora hay mucho dolor en el vestuario, el equipo está roto", comenzó diciendo el técnico blanquiazul, para el que la afición tendría que "estar contentísima con lo que ha hecho el equipo hasta el final".

Quique Medina felicitó a la SD Ponferradina por el ascenso y no quiso excusarse en la actuación del árbitro para explicar la derrota, ya que consideró que el CD Tenerife está por encima de esas cosas.

"El Tenerife es mucho más grande que eso. No podemos estar pendientes del árbitro. Todo el mundo ha visto lo que ha sido el tema de arbitrajes en estos play-offs, pero nosotros estamos por encima de eso", señaló el entrenador blanquiazul, que, sobre el partido, reconoció que no pesó la ansiedad en su equipo, aunque sí hubo un exceso de prudencia.

"No hubo precipitación, pero sí teníamos miedo a encajar un gol, pero estuvimos muy bien en la primera parte. Controlamos, tuvimos llegadas, aunque no fueran ocasiones. La idea era intentar marcar en alguna salida", desveló el preparador, para el que "en la segunda parte se rompió todo".

El blanquiazul sí reconoció haberse cabreado y molestado por la decisión arbitral prolongar cuatro minutos el partido. "Tres el 0-2 han sido 30 minutos de auténtico sufrimiento y de dolor. Pero cuando más me he cabreado fue en los cuatro minutos de alargue, más que en el penalti. Entiendo que hay informadores, pero no se debería hacer", opinó Medina.

El entrenador tinerfeñista tuvo también palabras para la afición blanquiazul. "Ponerle un calificativo a esta afición sería para escribir un libro y todo lleno de calificativos positivos. Es impresionante lo que han hecho. Estoy contento con la respuesta que ha tenido la afición", comentó.

En un día como ayer, el futuro laboral era lo que menos le importaba a Quique Medina, que, ante la pregunta de si se sentía con fuerzas para seguir al frente de la primera plantilla, contestó lo siguiente: "Si con 44 años no tengo energía, apaga y vámonos. Ganas tengo las máximas, pero ahora mismo estoy asimilando lo que ha pasado y ayudando a levantarnos entre todos para salir cuanto antes de este pozo, pero ganas nunca van a faltar, luego el que esté o no ya será harina de otro costal".