Los futbolistas del Tenerife que se manifestaron en los medios de comunicación después del partido coincidieron en señalar a Gil Coscolla como el responsable de que la Ponferradina ganara ayer en el Heliodoro y, en consecuencia, lograra el ascenso a Segunda A.

Sin dejar de reconocer que el rival fue "justo vencedor" en el global de la eliminatoria, el mediocentro Víctor Bravo opinó que el árbitro completó una actuación "horrible" y que "influyó mucho".

Por su parte, Jorge Perona indicó que el colegiado fue "decisivo" en el choque de ayer. "El Tenerife salió al campo con intensidad y teníamos la sensación de que era cuestión de tiempo que pudiéramos remontar, pero el penalti y la expulsión de Kitoko fueron determinantes", añadió el delantero.

El máximo goleador del Tenerife apuntó que el Tenerife jugó sus "bazas" y realizó un partido "bastante serio", de manera que vio el encuentro "encarrilado ya que solo era necesario un gol para empatar la eliminatoria". Pero se encontró con el obstáculo insalvable del penalti que derivó en el primer gol de la Ponferradina. Perona no se quejó solo de esta decisión que tomó Gil Coscolla. "Fue más increíble que pitara todas las faltas en contra del Tenerife. Y no es cuestión de patalear, sino de expresar nuestra decepción", agregó el valenciano, quien confesó que le gustaría continuar en el representativo otro año.

Entretanto, Chechu Flores lamentó que Kitoko no hizo falta en la acción que el árbitro castigó con pena máxima. "Fue una jugada fortuita, un cuerpo a cuerpo, pero Acorán se dejó caer", aseguró el interior, quien recordó también que en la primera parte el colegiado "no pitó un penalti a Kike López".

Con vistas al futuro, advirtió que no piensa marcharse del Tenerife hasta que no consiga subir a Segunda A. "Vine con la convicción de lograr el ascenso y no me iré hasta que no lo logre", remarcó con gritos de fondo de "Chechu, quédate" procedentes de los aficionados que aguardaron a los jugadores a su salida del estadio.