Mariano Rajoy se estrena mañana como presidente del Gobierno en una final deportiva de una selección española, confiado en que su presencia en el palco del estadio olímpico de Kiev sirva de talismán y aleje los fantasmas de "gafe" que en algún momento llegaron a acechar a su antecesor en el cargo.

Rajoy coincidirá en el palco con el primer ministro italiano, Mario Monti, más aliviados ambos después de haber conseguido que los mercados se relajaran un poco tras el pulso que le echaron el jueves en el Consejo Europeo a su colega alemana, Angela Merkel.

Monti, además, acudirá con la doble satisfacción de haberle también ganado la batalla a Alemania en el césped, toda vez que el conjunto italiano desalojó al germano de la final por 2 goles a 1.

Los resultados de la cumbre europea, al parecer positivos para los dos países del sur, han dado ya sus frutos y las respectivas primas de riesgo se han relajado al menos hasta el lunes y dejarán a Rajoy y Monti presenciar tranquilos el partido.

Después de que durante varios días la prima española hubiera superado los temibles 500 puntos, tras el acuerdo de los líderes europeos ayer cerró a 475 puntos básicos, mientras que la italiana, en mejores condiciones, se relajó hasta los 423.

Aunque Monti y Rajoy jugaron en Bruselas en el mismo equipo, mañana no habrá espacio para hacer piña.

No habrá, por tanto, boicot político a Ucrania, como se había anunciado por parte de los socios comunitarios en represalia por el encarcelamiento de la ex primera ministra de ese país, Yulia Timoshenko.

¿Será Rajoy talismán de la selección? Mañana se sabrá. Lo que sí es seguro es que no querrá que se le "acuse" de "gafe" como a su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, quien, por cierto, siempre restó importancia a ese calificativo e, incluso, llegó a decir, con razón, que en su periodo España estaba teniendo más éxitos deportivos.

Y es que Zapatero tuvo que cargar con el fantasma de "gafe" solo porque la selección española de Baloncesto no ganó la final del campeonato europeo, que él presenció, contra Rusia.

Una fama inmerecida, porque Zapatero pudo ser testigo directo, junto con los reyes y la infanta Elena, del triunfo de la selección de fútbol en la Eurocopa de 2008, precisamente en un enfrentamiento con Alemania.

Además, Zapatero, reconocido seguidor del Barça, dio suerte a su equipo en 2006 en la final de la Liga de Campeones contra el Arsenal, una victoria de la que también disfrutaron los reyes en el palco.

Ni él ni Rajoy acudieron a Sudáfrica y no pudieron ser testigos directos del mayor triunfo deportivo de la selección de fútbol, el Mundial de 2010. La agenda de ambos recogía una cita importante. el debate sobre el estado de la nación, un "cara a cara" que tenían que preparar muy concienzudamente.

Fueron los príncipes de Asturias y la reina las autoridades que representaron a España en la final contra Holanda. El rey Juan Carlos no viajó porque se recuperaba de una operación.

Los miembros de la Casa Real suelen asistir a las finales de los equipos españoles en competiciones internacionales para animar a los deportistas, sobre todo en disciplinas como el fútbol, el baloncesto o el tenis.

Y no les va mal a los equipos españoles cuando algún miembro de la Familia Real acude al palco a una final. Así, España, como se ha mencionado, ganó el Mundial de Fútbol de 2010 en presencia de la reina y los príncipes, y la Eurocopa de 2008 con los reyes y la infanta Elena en el palco.

El rey compartió la alegría del Real Madrid en 2002 en su victoria en la Liga de Campeones contra el Bayer Leverkusen, así como, junto a la reina, la del Barcelona en 2006 contra el Arsenal y, en esta ocasión solo, otra vez la del equipo catalán en 2009 contra el Manchester United.

Por su parte, el príncipe animó al Barcelona cuando en 2011 volvió a vencer al Manchester en la misma competición.

Don Felipe, a quien se le atribuye simpatía al Atlético de Madrid, vio como este equipo ganó al Fulhan inglés y se hizo con la copa de la liga europea.

Asiduos también al tenis, la Familia Real ha sido testigo de los triunfos internacionales de deportistas como Arancha Sánchez Vicario o Rafa Nadal.

Precisamente, Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno, presenció en 2003 la victoria de Juan Carlos Ferrero en Roland Garros. Que mañana le dé la misma suerte a la selección de Vicente del Bosque.