Cuando Tiger Woods asegura tras culminar los primeros 18 hoyos de un Abierto Británico que su juego está bajo control es para que el resto se ponga a temblar, aunque el norteamericano figure a tres golpes del primer líder, el australiano Adam Scott.

Tiger comenzó con 67 golpes (-3) y con curiosa estrategia. El favorito en las apuestas solo usó el ''driver'' en una ocasión, dos veces la madera 3 y hierros en el resto de salidas.

"Me sentí con control de mi juego, pegando bien a la pelota aunque algunos ''putts'' me fallaran", comentó Tiger tras su estreno en el Royal Lytham en St.Annes (Inglaterra).

El estadounidense y cuarto del mundo, que busca su cuarta Jarra de Clarete y decimoquinto Grande, pisó firme ese ''links'', como muchos de los candidatos, aunque el que colocó el listón a mayor altura Scott.

El australiano lidera la pizarra con 64 golpes (-6), uno mejor que el escocés Paul Lawrie, el estadounidense Zach Johnson y el belga Nicolas Colsaerts.

Royal Lytham permitió un listón alto. Scott, de 32 años, en su decimotercer Abierto y aún sin títulos de Grand Slam como su amigo Sergio García, lo superó con creces.

También, casi 40 hombres bajaron del par, que significa ganar a un campo. Los siete españoles, en cambio, derribaron el listón en la primera tentativa.

El grancanario Rafael Cabrera-Bello fue, con una cartulina al par (70), el mejor de los golfistas nacionales en el campo que alumbró el primer y tercer triunfos de Seve Ballesteros en el Abierto Británico. El trabajo de Cabrera-Bello se tradujo en un puesto trigésimo sexto.

Miguel Ángel Jiménez y Gonzalo Fernández-Castaño se fueron hasta los 71 golpes, que no es mal inicio tampoco si antes del corte del fin de semana jugasen bajo par, mientras que García, en partido junto a Tiger, finiquitó su estreno con un discreto (72 golpes).

La tarde sirvió para pensar en Tiger Woods y ver el buen aterrizaje de algún candidato más, como el de los norirlandeses Rory McIlroy y Graeme McDowell (67 golpes); el estadounidense Bubba Watson (67) o el surafricano Ernie Els (67). Pero hubo, asimismo, ciertas salidas de pista.

El líder mundial, el inglés Luke Donald, pagó su conservadurismo con el par del campo y su compatriota Lee Westwood, tercero del escalafón, firmó 73 golpes.

Tampoco el zurdo Phil Mickelson estuvo fino. Acabó la tarde con dos guantes, porque hacía frío, y con un corta vientos por la lluvia final.

Bolas al ''rough'', problemas, buenos ''putts'' y alternancia de golpes le llevaron a Mickelson hasta los 73 golpes (). Y si los torneos de golf no se ganan el primer día, sí que se pueden perderse.

El inicio trajo, pues, buenas noticias para los ''fans'' de Tiger y McIlroy, los golfistas con más adeptos, e inquietantes para los españoles bajo las nubes y el viento de Inglaterra. Se espera que no sea un mal presagio para los inminentes Juegos Olímpicos de la vecina Londres.