El español David Cal logró ayer la medalla de plata en C1 1.000 metros de piragüismo de los Juegos Olímpicos de Londres, después de acabar en segunda posición la final con un tiempo de 3:48.053 minutos. El palista gallego acude una vez más a su cita con las preseas, tal y como ocurrió en Atenas 2004 y Pekín 2008, y se convierte, con la plata de ayer, en el deportista español con más medallas olímpicas. Cal presentó sus credenciales a lo largo de la ronda clasificatoria y de la semifinal, donde siempre estuvo en un grupo de cabeza liderado por el alemán Sebastian Brendel, el canadiense Oldershaw, el húngaro Vajda y el uzbeco Menkov, además del español.

El palista de Pontevedra, oro en Atenas y plata en Pekín, disputó la final por la calle número siete y paró el cronómetro en 3:48.053 minutos, poco menos de un segundo después del primer clasificado, Brendel. El "teutón" marcó un tiempo de 3:47.176 en una carrera que tuvo controlada desde el inicio y en la que Cal, que comenzó algo lento, consiguió remontar hasta hacerse con la segunda plaza en los metros finales.

El canadiense Oldershaw sorprendió a algunos de los favoritos como Vajda o Menkov para hacerse con el bronce después de firmar un tiempo de 3:48.502.

Aunque el inicio de la carrera de Cal no presagiaba un buen resultado, el palista español no falló e hizo una segunda mitad de prueba impecable, donde consiguió remontar desde la séptima hasta la segunda plaza.

"Qué mal ha salido, se quedó clavado", exclamaba desilusionada una de las funcionarias del ayuntamiento de Cangas do Morrazo al ver el mal inicio de carrera de su vecino. Diez minutos antes de las once de la mañana, muchos vecinos de Cangas detuvieron la rutina de su jornada laboral para colocarse ante el televisor y ver la prueba en la que su vecino luchaba por lograr su quinta medalla olímpica. Algunos llenaron bares, otros se concentraron en el Club Ría de Aldán, el de Cal, y muchos fueron al salón del ayuntamiento, en donde se había colocado una pantalla para seguir la final. "¡Qué mal, qué mal!", decían unos, "¡Vamos David, vamos que tú puedes!", gritaban otros, que sufrieron con la salida del gallego y luego disfrutaron con la remontada y la plata.