ESPAÑA 22

FRANCIA 23

EspañaSterbik; Víctor Tomás (6, 1p), Maqueda (4), Cañellas (3), Morros (1), Raúl Entrerríos (2) y Ugalde (2) -inicial- Hombrados (ps), Gurbindo (-), Rocas (-), Sarmiento (-) Aguirrezabalaga (-), Aginagalde (4) y Guardiola (-).

FranciaOmeyer; Abalo (2), Fernández (3, 1p), Karabatic (1), Narcisse (1), Honrubia (-) y Sorhaindo (4) -equipo- Karaboue (ps), Dinart (-), Barachet (3), Guillaume Gille (-), Bertrand Gille (-), Accambray (7) y Guigou (2, 1p).

ÁrbitroNikolic y Stojkovic (SRB). Excluyeron por dos minutos Rocas y Raúl Entrerríos por España; y a Barachet y Bertrand Gille por Francia. .

Parciales cada 5 minutos3-0, 4-1, 5-1, 7-3, 9-6 y 12-9 (Descanso) 14-12, 17-15, 17-17, 17-19, 21-22 y 22-23 (Final).

IncidenciasPartido de los cuartos de final del torneo masculino de balonmano disputado en el Basketball Arena ante unos 12.000 espectadores.

Un gol del lateral francés William Accambray en el último segundo de partido apeó a España de la lucha por las medallas, tras caer por 22-23 ante Francia, en un encuentro en el que el conjunto español no supo aprovechar el excepcional partido de un Arpad Sterbik, que al igual que el resto de los internacionales españoles no mereció tan cruel final. Y es que Accambray, el mejor del equipo francés ayer, se encontró con un balón, cuando Sterbik parecía haber forzado la prórroga para el equipo español, tras detener el último lanzamiento de la gran estrella gala, Nikola Karabatic.

Un gol que dejó completamente abatida a una selección española que queda apeada de las semifinales, que arrancó la jornada convencida de alcanzar, aferrada a una estadística que aseguraba que nunca había perdido en competición oficial con el "gigante" francés desde la llegada al banquillo de Valero Rivera a finales de 2008.

Cifras que España se empeñó en prolongar desde el comienzo aferrada a sus dos mejores armas: una agresiva defensa y una portería espectacular. Y es que solo de impresionante puede calificarse el arranque de partido del meta español Arpad Sterbik, que detuvo ocho de los nueve balones que lanzó el equipo francés, el vigente campeón olímpico y mundial, en los quince primeros minutos de juego, pero a partir de ahí los galos fueron reponiéndose y generando más peligro para, con suerte, terminar ganando.