Javi Martínez, el jugador del Athletic de Bilbao, por el que el Bayern de Múnich ha pagado hoy 40 millones de euros, es un futbolista que destacaba en el centro del campo por su potencia y llegada al área, pero que en la última temporada se ha revalorizado al demostrar que también es un central imponente.

La marcha del jugador tras pagar la cláusula de rescisión de su contrato supone a la vez un negocio económico redondo para el Athletic Club, pero un duro golpe al ilusionante proyecto rojiblanco que comenzó a tomar forma la pasada temporada, amenazado además por la incierta situación de Fernando Llorente.

Sin embargo, los casos para el corazón del hincha rojiblanco son distintos: Martínez llegó tras pagar al Osasuna su cláusula de rescisión, es decir, lo mismo que el Bayern le ha hecho ahora al Athletic, por lo que hay pocos reproches al comportamiento del jugador, quizás su silencio, mientras que Llorente entró en el club con once años.

En el verano de 2006, la directiva encabezada entonces por el denostado presidente Fernando Lamikiz desembolsaba seis millones de euros a Osasuna para contratar a Martínez, un prometedor futbolista de Segunda B que no había cumplido aún los 18 años y ni siquiera había debutado aún con el primer equipo ''rojillo''.

Una decisión arriesgadísima que fue uno de los motivos por los que fue destituido el entonces entrenador, Javier Clemente. El técnico de Barakaldo comentó que no conocía de nada a aquel jugador, la directiva lo interpretó como una desautorización y le destituyó en la pretemporada.

Aquel joven que no había debutado en Primera necesitó poco tiempo para convertirse en pieza clave para todos los técnicos que han pasado por el banquillo de San Mamés.

El de Ayegui se curtió rápidamente en una primera temporada en la que el Athletic flirteó con el descenso hasta la última jornada y con la llegada de Joaquín Caparrós, un año después, experimentó una progresión que acabó por convertirle en una pieza casi imprescindible en el eje del centro del campo.

Su descomunal despliegue físico le permitía tanto colaborar en tareas defensivas como incorporarse al ataque con acierto -ha marcado 27 goles en 251 partidos oficiales- y brillantez, como aquel golazo al Almería tras una jugada propia de un fino delantero que el utrerano definió como ''el triciclo''.

En su cuarta temporada, el ''todoterreno'' del Athletic eclosionó y su gran temporada, rubricada con 12 goles, encontró el premio de la selección absoluta. Vicente del Bosque convirtió a Javi Martínez en uno de los 23 elegidos para la gloria de Sudáfrica y desde aquella histórica cita los cantos de sirena sobre el navarro han sido incesantes.

En los dos últimos años, no sólo ha mantenido su ''caché'' sino que en la última campaña, bajo el manto de Marcelo Bielsa, una decisión táctica del técnico argentino, la de convertirle en defensa central, le ha revelado como un futbolista polivalente.

Bielsa le retrasó para favorecer la eclosión de Iturraspe como medio centro y porque no se fiaba demasiado de sus centrales. Fue una decisión muy discutida, ya que suponía perder la llegada al área del potente jugador navarro, pero la verdad es que Martínez fue uno de los mejores centrales de la Liga aportando solidez, velocidad y contundencia.

Nada más acabar la temporada con la segunda final perdida en apenas tres semanas, la de la Copa del Rey, los rumores sobre el futuro del internacional se dispararon a las puertas de la Eurocopa de Polonia y Ucrania.

La cláusula de 40 millones de euros de un contrato que finalizaba en 2016 parecía un blindaje suficiente para espantar a los grandes clubes de Europa, pero el Bayern del extécnico del Athletic Jupp Heynckes ha decidido apostar fuerte, como nunca en su historia, para volver a ser el rey de Alemania y de Europa.