Ilusión: esa es la palabra que define el estreno casero del Tenerife. Hasta seis mil personas se han movilizado para retirar su abono. Una demostración de sentimiento blanquiazul, que, en el fondo, obliga al equipo a dar una respuesta a la altura de las circunstancias. Es un día de expectativas.

El Tenerife gustó ante el Marino y eso ha generado una corriente de ilusión que se pone hoy en tela de juicio, ante un adversario absolutamente desconocido. El Rayo Vallecano B no jugó en la primera jornada, porque el Guijuelo, su rival, estaba en proceso de decidir si salía a competir, por lo que ahora las referencias son prácticamente nulas. Han cambiado muchas piezas en el filial rayista y este será su primer examen serio.

En el bando local las cosas están muy claras. Jugarán, con casi completa seguridad los once que empezaron hace siete días ante el Marino y que cuajaron una actuación muy satisfactoria de puertas adentro. Se quedan por fuera dos potenciales titulares, que atraviesan un período de entrenamiento para ponerse a la altura de los demás, Víctor Bravo y Guillem Martí. Eso permite mantenerse dentro del once a David Medina y Aridane, que con sus dos goles del pasado domingo, tiene cierto aval para repetir.

Todo lo demás forma parte de la incógnita típica de un estreno de competición. Árbitro debutante en esta plaza y rival en reconstrucción. Es el primer examen al proyecto de Álvaro Cervera.