Racing y Sporting empataron en un mal partido y demostraron que siguen sin tomarle el pulso a la Segunda, agudizándose las carencias que les llevaron al descenso, principalmente en tareas ofensivas. Ni la rivalidad por la proximidad geográfica ni el interés de los puntos en juego ni la oportunidad de rendir homenaje al recordado Manolo Preciado animaron a la afición cántabra a acudir al Sardinero.

Cuando más dormido estaba el partido, a diez minutos del descanso y con los porteros como meros espectadores, Jairo realizó una gran internada por la banda derecha, superando a quienes le salían al paso, para acabar asistiendo a Saizar, quien falló estrepitosamente en su intento de remate. Luego, Mandi lanzó al larguero.