Gorka López Ochando es ahora solo espectador, pero de versada opinión. No todos los abonados del CD Tenerife cuentan con un historial deportivo que toca casi todos los palos de una baraja llamada fútbol. Desde portero, con paso por los filiales del CD Tenerife y el Sporting de Gijón, a consejero del club blanquiazul para terminar como director deportivo del CD San Isidro en la que fue la primera temporada del Raqui en Segunda B. El exguardameta, que militó en tres -Sporting B, Marino de Luanco y Avilés- de los cinco clubes asturianos del grupo, valora la coherencia en los proyectos del CD Tenerife y del CD Marino Tenerife Sur, si bien no se moja a la hora de pronosticar la posibilidad de éxito en la consecución de los objetivos; ante todo sabe cómo es el fútbol.

"El CD Tenerife tiene un proyecto muy coherente, consecuente con las circunstancias del club y se nota. Además, cuenta con el bagaje de un año de experiencia en Segunda B y ha aprovechado la misma", comenta, antes de "despejar" la pregunta sobre su creencia en el éxito al final de la campaña, es decir, el ascenso.

Lo que considera un buen andar del club blanquiazul en este inicio liguero lo personifica en la labor tanto del entrenador, Álvaro Cervera, como del director deportivo, Quique Medina, de quien dice "ha sabido aprovechar los recursos que hay y ha cohesionado todos los sectores, ya que es una persona que une". "Aporta tranquilidad, sensatez, sin estridencias... Además, también ha sabido sacar conclusiones del año pasado y quedarse con lo bueno", añade.

Gorka López, que fue consejero responsable de la base del CD Tenerife, de diciembre de 2002 a enero de 2005, valora de manera muy positiva la actual canarización de la primera plantilla. "Si se ha visto en la obligación de recurrir a ella, bienvenida sea. Nunca es un problema si se cree en ella y en este aspecto Quique Medina comenzó el año pasado como entrenador del filial y cree en ella, y sus decisiones no son de cara a la galería porque, sin ir más lejos, en verano no renovó a Kiko Ratón", explica, para añadir que "se han recuperados jugadores de casa ya hechos y otros han explotado y eso es mérito del entrenador, que ha sabido ver la proyección y dar minutos de juego".

Gorka López rechaza medallas, pero recuerda que la actual estructura en la base blanquiazul es idéntica a la creada en su etapa como consejero de área y advierte paralelismo en su influencia en el primer equipo. "En la época de Pérez Ascanio (presidente del CD Tenerife) se rompe el tapón, con David Amaral como entrenador y Sesé Rivero, primero como ayudante de Amaral y después como director de fútbol base. Por fin se ven más de tres jugadores canarios profesionales. El fútbol base y el fútbol profesional son mundos perpendiculares y solo se entrecruzan si el que está entrenando al primer equipo y el director deportivo miran para casa antes que para fuera", explica, desvelando que "en esa época es cuando se creó el cargo de director técnico de fútbol base". "El tiempo ha demostrado que el nombramiento de Sesé fue un acierto y lo demuestra el hecho de haberse mantenido con presidentes y directores deportivos diferentes", añade, para insistir que el organigrama creado "enriqueció mucho el trabajo de los entrenadores que trabajaban con la base".

Gorka López, que durante cuatro temporadas fue jugador de Segunda B y en una director deportivo, también sigue, aunque no tan de cerca, al CD Marino Tenerife Sur, club que le recuerda su etapa en el Raqui, cuando un modesto busca la estabilidad en una categoría superior en un contexto lleno de dificultades.

"Si mantienen la fe, son coherentes, insisten en su trabajo... cuando ganen dos partidos seguidos verán más cerca la salvación, que no es nada fácil", advierte, sin querer valorar su política de fichajes. "En mi etapa en el Raqui se nos machacó con el tema de traer futbolistas peninsulares, pero estuvimos a tres victorias de la salvación y a estas alturas de la temporada estábamos fuera del descenso", recuerda antes de añadir que "ya no hay ayuntamientos y empresarios alegres". "El Marino me parece un proyecto inundado de prudencia, que tiene mucho que ver con el momento de realismo que vivimos. Hay confianza en la gente que lo ascendió y con un entrenador (Willy Barroso) muy implicado con el club desde hace años y que sabe lo que hace. Además, parece contar con la confianza del presidente", concluye.