Primero Juanjo Lorenzo y luego Pedro Cordero llevaron las negociaciones para liquidar una plantilla confeccionada para llevar al Tenerife a Primera División y que, sin embargo, acabó provocando su descenso a Segunda B un cuarto de siglo después. El asesor jurídico del club, Ángel Fernández Carrillo, se fajó también en las negociaciones para que Juanlu, Melli, Natalio, Julio Álvarez, Beranger, Bellvís, Ezequiel Luna y Antonio Hidalgo firmaran su salida de la entidad, aunque este último lo hizo finalmente incluido en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que llevó a cabo la entidad blanquiazul.

El total para la liquidación de una plantilla deportiva ruinosa para el Tenerife ascendió a 576.313,16 euros. Esta cantidad pasó a engrosar los gastos del ejercicio 11-12, cerrando el círculo de un año en el que además se tuvo que prescindir de activos como Ricardo León o Nino, únicos que perdonaron algo de dinero a su equipo en el momento de aceptar su salida e incorporarse al Sporting de Gijón y el Atlético Osasuna respectivamente. El resto percibieron al menos una parte de los años de contrato que no llegaron a cumplir con el Tenerife.

Además, el mencionado ERE sumó al capítulo de gastos un total de 97.917,40 euros aplicados a personal no deportivo que quedó desvinculado del club. Es preciso recordar que algunos de estos exempleados siguen defendiendo su reincorporación (o mejor indemnización) en la vía judicial, quedando fijada la vista para el próximo mes de diciembre.

Otra consecuencia del descenso tiene que ver con la cancelación del contrato con Canal Satélite Digital por los derechos audiovisuales del Tenerife, que percibía 14 millones en Primera División y 2,5 en Segunda A. La presencia en Segunda B ha agotado el tiempo de este acuerdo, establecido hasta el 30 de junio de 2013. Si se consigue el ascenso, Concepción tendría que negociar uno nuevo.