Hoy se disputan seis partidos de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, entre los que destaca el que juegan en el Bernabéu el Real Madrid y el Alcoyano, aunque no por la incertidumbre del desenlace de la eliminatoria, sino por la polémica que rodea las declaraciones del técnico portugués Mourinho tras la derrota blanca en Sevilla ante el Betis. En las filas blancas es segura la alineación de José Rodríguez, Nacho, Morata y Denis Cheryshev.

Mourinho dejó sin responder numerosas preguntas ayer en su conferencia de prensa. No quiso responder a esa cuestión futbolística que le trasladaron, los problemas del Real Madrid en ataque estático, cuando no puede lucir su rápido contraataque porque el rival se cierra. "Es una pregunta del sábado después del partido, no de hoy", dijo.

Aclaró el técnico portugués que su "relación con el club y con los jugadores está como siempre" y entiende que en momentos duros, a once puntos del Barcelona en Liga, haya diferencias. "La relación normalmente depende de la satisfacción, de resultados y de alegrías. Cuando ganas pues las cosas son mucho mejores que cuando pierdes. Es normal".

No quiso enjuiciar públicamente a ninguno de sus futbolistas. Preguntado por Özil, que fue sustituido por tercera vez en el descanso, lanzó preguntas a los periodistas. "Hay preguntas que me hacéis que son individualizadas, direccionadas hacia un jugador, donde básicamente me pides que te haga un análisis a una situación personal. Para eso estáis vosotros. Podría responder con otra pregunta: ¿Cómo visteis a Özil en los 45 minutos contra el Betis?. No puedo o no quiero decir más".