La Laguna cumplió 45 años de la concesión de los títulos de Fiel y de Ilustre Historia, que le fueron dados por decreto 175, con fecha de 16 de enero de 1964.

Para obtener dichos títulos, el Ayuntamiento de La Laguna presentó un expediente en el que destacaba que la Real Academia de Historia reconocía en un dictamen la fidelidad de la ciudad a la Patria tanto durante la Guerra de Sucesión como en la invasión francesa de la Península.

El documento hacía referencia, además, a la revitalización de La Laguna después de la destrucción del puerto de Garachico, ocasionada por la erupción volcánica del Teide que tuvo lugar en 1706.

A propuesta del Ministerio de la Gobernación, y una vez que el tema se deliberara antes en el Consejo de Ministros del 10 de enero de 1964, dispuso conceder los títulos de Fiel y de Ilustre Historia.

La Real Academia, en su informe, destacó que no se trataba de que La Laguna quisiera aumentar sus títulos al objeto de disimular el ritmo lento de vida o de una vida dormida, sino de una ciudad progresiva en alto grado como lo demostraba su aumento demográfico desde comienzos del siglo.

Destaca la fidelidad demostrada por la ciudad en la Guerra de Sucesión, al ponerse al lado de Felipe V, o también en la invasión francesa, como se había dicho, siendo en esta última ocasión cuando tuvo lugar la decidida conducta de la Junta del Cabildo, celebrada en La Laguna el 11 de julio de 1808. Ello representó el germen de la Junta Suprema de Canarias.

Se destaca que en ambas ocasiones el "hacer de la Laguna es de adalid y sirve de modelo a la gestión de la isla de Tenerife y de todo el Archipiélago".

También se hace constar que La Laguna es acreedora de ostentar el título de Histórica por haber sido la ciudad la más importante fundación de Alonso Fernández de Lugo. Una ciudad donde luego se asentó el poderoso Cabildo de Tenerife que, según prosigue el expediente, "dotado de crecidas rentas y por la mayor riqueza de Tenerife, vino a ser el rector de vida de todo el Archipiélago hasta comienzos del siglo XIX".

El que fue cronista de la ciudad, Leopoldo de la Rosa Olivera, destacó con motivo de la concesión de los títulos de Fiel y de Ilustre Historia, que "a La Laguna y a sus hombres eminentes se le deben, como depositarios de una rancia tradición de patriotas conscientes de sus obligaciones, actuar dentro de una legalidad y un procedimiento jurídico que sorprende, atendiendo a los tiempos y al estado de la nación. Inútil sería buscar otro ejemplo en España".