El temporal pasó, pero ahora aparecen historias muy trágicas como la de una señora que, con su hija y tres nietos, quedó atrapada en la parte alta de la vivienda. "Y los niños -dicen- pudieron haber muerto de haber estado durmiendo, ya que el agua subió en la planta baja y en la calle 1,5 metros de altura.

El problema, según Olga Naveira Alayón, de 63 años de edad y viuda, "surgió porque en el paseo del camino de Las Peras no se les ocurrió otra idea sino ponerle una capa de arena. Y no previeron lo que pasaría. Siempre tiene que pasar una desgracia para darse cuenta de la forma incorrecta de proceder".

La afectada añadió que hacia las 6 de la tarde el agua metió la arena en la calle de la urbanización Herrera, tapó las alcantarillas y motivó que el agua fuera subiendo hasta alcanzar una altura de 1,5 metros.

En la casa de esta familia, con el número 3, el pánico lo desbordó todo. Primero, en la planta baja, Victoria Díaz Naveira y sus hijos Samuel, Ernesto y Moisés, de 14, 12 y 5 años de edad, respectivamente, empezaron a preocuparse cuando vieron que el agua superaba los 30 centímetros de altura, por lo que subieron lo que pudieron a la parte alta, poniendo a salvo al pequeño Moisés, que lloraba y decía: "Y mis juguetitos nuevos". Samuel y Ernesto tuvieron miedo por el agua y lloraron porque se les estropeó el mobiliario de sus cuartos, estrenado hacía 3 meses.

Olga Naveira sufrió dos caídas con heridas y rotura de músculos en el brazo izquierdo y dijo que pasaron toda la noche juntos sin dormir. Llamaron al 112 y gritaron: "Que nos ahogamos", y la respuesta fue: "Señora, estamos saturados". Luego pasó la Policía y al gritarle, un agente saltó el muro y le dijo que era peligroso sacarlos. Les aconsejó quedarse en la casa.

A las 6 de la mañana vino la tranquilidad al romperse un muro y empezar a disminuir el caudal de agua acumulada. Olga Naveira lo único que lamenta es que "la Policía, sabiendo de nuestra situación, no se volviera a preocupar de nosotros, aunque fuera a través de una llamada de teléfono".