Esperanza Julián tiene 65 años, una minusvalía del 67% y ha sido desahuciada de la casa de alquiler en la que vivía, cuya mensualidad no podía afrontar porque tenía que pagar 330 euros con una pensión de 300 euros. Además, ha recurrido, ya que el hogar que habitaba "no está para vivir ni un animal y era una estafa lo que pagaba".

Esperanza decidió sentarse en una silla, junto a una maleta con sus pertenencias, pero en la acera de la calle de La Carrera, justo debajo del despacho del alcalde, Fernando Clavijo, del que criticó sus palabras pues, según afirma, al pedirle una casa éste le dijo: "Quizá se la dé hoy, mañana, el año que viene o nunca".

Destacó que durante su mandato, Ana Oramas la ayudó bastante no sólo en lo relativo a salud, sino "a tener un techo para dormir".

Critica duramente que hace un año pidió hablar con el alcalde de La Laguna y la ha recibido ahora. "Creo que es mucho tiempo para una persona mayor como yo, que estoy muy necesitada. Además, no entiendo que reciban ayuda primero los que vienen de fuera, como ocurre con la inmigrantes", afirma Esperanza.

Tuvo duras palabras para los Servicios Municipales, de los que dijo que "no sólo me han marginado, sino que dan las ayudas a dedo. Y le digo que La Laguna necesita un albergue y si incluso me apura no veo cómo se restauró de forma tan rápida el Obispado cuando la Iglesia, que tanto debe estar con los pobres, tenía que haber hecho a lo mejor ese lugar que tanto necesita una ciudad Patrimonio de la Humanidad para que nadie duerma en la calle".

La concejal de Servicios Sociales, Blanca Pérez, dijo: "A esta señora la hemos ayudado muchísimo y seguiremos así, pero si quiere una vivienda tiene que aceptar que está en una lista de 5.000 familias que están en situaciones incluso peores que la suya y que todo depende de su baremo y de una comisión".