Las obras de ampliación en el Centro de Recursos para el Autismo de Tenerife, (Creat) permitirán a la Asociación de Padres de Personas con Autismo, (Apanate) prestar servicios a cerca de 200 usuarios.

"Actualmente contamos con 60 beneficiarios de todas las edades, pero con la nueva infraestructura podremos llegar hasta casi los 200", afirmaba ayer el presidente de Apanate, José Luis Barquín.

Durante la mañana de ayer la consejera insular de Bienestar Social, Cristina Valido, visitó el centro para comprobar in situ que se habían acabado los trabajos y que se correspondían con lo planificado, ya que las obras han sido promovidas por el Cabildo de Tenerife, a través del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria, IASS. También ha participado la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, a través de los fondos del Plan español para el estímulo de la Economía y el Empleo, contando en total con un presupuesto que ronda los 350.000 euros.

El nuevo pabellón tiene una superficie construida de 350 metros cuadrados y consta de cuatro talleres, un taller-cocina, tres aulas para terapia individual, una sala multiusos y dos cuartos de aseo adaptados. Dicha infraestructura tiene anexo una cancha deportiva semicubierta de 280 metros cuadrados.

Este centro está diseñado para ser utilizado por personas afectadas de autismo, para ello se utiliza un lenguaje de colores y una señalética específica, para que los distintos espacios puedan ser entendidos fácilmente por sus usuarios. Está previsto que en el se pueda dar terapia a unas 60 personas tanto menores como adultos.

El autismo es un trastorno del desarrollo, una alteración de carácter que abarca varios ámbitos del desarrollo de las personas: social, comunicativo y de la imaginación.

Los síntomas suelen aparecer durante los tres primeros años de existencia y continúan a través de toda la vida.

Las personas con autismo tienen dificultades para percibir el mundo de forma compartida.

La imagen de aislamiento que transmiten viene determinada por su incapacidad para comprender el entorno y aprender compartiendo experiencias; como consecuencia de ello, las personas con trastorno autista tienen serios problemas para entender el comportamiento social y para imitarlo.

Los síntomas son muy específicos, pero suele haber graves déficits en la interacción social, en la comunicación y en el lenguaje; cierta tendencia a aislarse de los demás, imaginación limitada, la realización movimientos repetitivos, y resistencia a los cambios.