El Hogar San José, de la congregación Marta y María, inaugurará en abril su aula multisensorial que beneficiará a 25 mujeres disminuidas psíquicas, severas y profundas de edades comprendidas entre 20 y 80 años, gracias al convenio firmado ayer entre dicha orden religiosa y la entidad financiera Ibercaja.

El documento fue suscrito por la directora del hogar, la madre Domitila Jiménez González, y el director de la zona 1 territorial Nueva Expansión del mencionado banco, Severino Martínez Galilea.

Domitila Jiménez dijo que "este convenio es de gran importancia para contribuir a la adaptación y equipamiento de la sala sensorial, donde nuestras acogidas tendrán una mejorar calidad de vida, al aplicarles modernas técnicas de relajación a través de nuestro equipo de fisioterapeutas, psicólogos o logopedas".

Severino Martínez señaló que "ésta es nuestra primera aportación económica dentro de nuestro programa de Obra Social en La Laguna y espero que tenga continuidad en años venideros. Nuestro objetivo es contribuir a lograr mejoras psíquicas y físicas en aquellas personas de exclusión social o necesitadas por dependencia física y psíquica, así coma aquellas con falta de asistencia de sus entornos familiares".

Explicó que a este tipo de ayudas se presentaron 937 entidades de España, y que sólo fueron aprobados 269 proyectos, y de dos de ellos se beneficiará Canarias: el Hogar San José y Proyecto Hombre en Santa Cruz de Tenerife.

Después de la firma del convenio, este periódico visitó la casa de la congregación religiosa Marta y María, en la avenida de Las Palmeras, número 28, en Finca España.

El edificio es de dos plantas y cuenta con sala de estar, sala de televisión, talleres de fisioterapia y manualidades, comedor, cocina, 13 habitaciones y un jardín.

La fisioterapeuta Olga nos condujo hasta la nueva sala multisensorial, cogiendo con sumo cariño y profesionalidad a la discapacitada Clemencia. Una señora de más de 70 años, con una sonrisa en el rostro y mostrando con gran orgullo varios anillos de plástico, cuyos colores despertaban alegrías y fantasías en sus ojos.

Olga la recostó entre cojines y le aplicó un abanico de filamentos que, al tiempo que cambiaban de colores, relajaban a Clemencia.

Esta fisioterapeuta facilitó el proyecto de dicha aula, que surge ante la necesidad de introducir a las usuarias en proyectos de nuevas metodologías didácticas y tecnológicas, por lo que la estructuración de espacios especiales y necesidades sobrevenidas, fruto de las nuevas investigaciones psicológicas y clínicas, aconsejan desarrollar innovaciones de la importancia del aula sensorial. Un espacio conocido también con el nombre técnico de sala de Snoezelen, al aplicarse en la misma la tecnología y las ideas desarrolladas por dos terapeutas holandeses llamados Hulsegge y Verheul en la década de los 70.

Lo que se quiere aplicar en el Hogar San José en su nueva sala va más allá de un simple recetario de diferentes actividades estimuladoras (a nivel visual, táctil u olfativo) elaborado a partir de las experiencias más tempranas del ser humano. El objetivo se centra en abordar un concepto de intervención global, donde se dará prioridad al desarrollo integral de cada discapacitada, aprovechando al máximo las posibilidades que tenga cada una de ellas.