Las nuevas bóvedas de la cubierta de la Catedral comenzarán a construirse el próximo mes de octubre, una vez que se proceda a la rotura del prototipo, que estará listo en septiembre y que se hará en terrenos de El Porterzuelo, en el municipio de Tegueste.

La comisión de seguimiento de las obras de dicho templo celebrada en Madrid, a la que asistieron representantes del Obispado de Tenerife y del Ministerio de Cultura, informó de que los trabajos que se llevarán a cabo serán en el interior de la Catedral.

En estos momentos han finalizado los ensayos con la fibra de polipropileno y hormigones autocompactables que se emplearán en la fabricación de las bóvedas y la cúpula central. El resultado de este material ha sido calificado de aceptable y los pasos que se han dado se ajustan al proyecto redactado por el arquitecto y director de la obra de reposición de la cubierta de la Catedral, José Miguel Márquez Zárate.

La opción que se ha tomado para el techo de la iglesia es el empleo de bóvedas con doble curvatura y un espesor mínimo, mientras que los arcos irán armados con fibra de vidrio. El Instituto Eduardo Torroja ha sido el encargado del estudio de los hormigones citados.

Las bóvedas y todo el proceso de colocación corresponden a la empresa Víctor Rodríguez, que ha optado para la reposición del nuevo techo catedralicio por hacer cada bóveda de forma individual, lo cual es más artesanal y se ajusta mucho mejor a la realidad de la obra.

El prototipo es el de bóvedas de 10 metros de alto por 9 de ancho y 10 de largo, realizadas a tamaño natural e igual que las antiguas, aunque ahora con unos materiales diferentes que garantizarán la durabilidad y seguridad en la reposición.

En septiembre se terminará el prototipo de bóveda, y lo que se hará a continuación es llevar su material a su máxima resistencia hasta que se rompa para conocer su límite.

En octubre empezará la construcción de las bóvedas, que contempla los pasos de colocación de anclajes en la cabeza de los pilares existentes, encofrado y hormigonado en la zona de los capiteles, colocación de apeos de la plataforma de trabajo existente, encofrado de arcos y láminas, instalación de la armadura de los arcos, realización del contraencofrado, hormigonado de los arcos y láminas, desencofrado y desapeo y trabajos de acabado.

El plazo estipulado para que la Catedral vuelva a recuperar su cubierta es de 20 meses, por lo que se prevé que las obras acaben en julio de 2013.

Seis meses de retraso

La construcción de la bóveda tipo de la Catedral ha sufrido un retraso de seis meses, ya que el pasado mes de abril la comisión de seguimiento anunció en las Casas Capitulares que dicho trabajo daría comienzo el 5 de abril.

Según ha podido saber este periódico, el sistema que se utilizará para reponer la cubierta es el conocido como encofrado deslizante, técnica que consiste en colocar dos hileras de encofrado sobre las que irán las bóvedas. Cuando fragüen las mismas, será retirado el citado sistema de sujeción y puesto a continuación para recibir nuevas bóvedas y así sucesivamente.

Es de destacar que el polipropileno que se empleará en la Catedral es un plástico muy duro y resistente, opaco y con gran resistencia al calor. También afronta bien los productos corrosivos. La mezcla de hormigón y polipropileno no lleva hierros como se hizo en el pasado.

Lo curioso de la actuación que se llevará a cabo en la Catedral es que hace 97 años se utilizó por primera vez en el mundo hormigón armado para hacer el templo lagunero y ahora se repetirá la historia, ya que el novedoso material que se empleará es la primera vez que se emplee a nivel mundial en una iglesia como la Catedral.

En su día, el responsable de la obra, José Miguel Márquez Zárate, destacó que "la durabilidad de las nuevas bóvedas y la cúpula será de tres siglos, siempre y cuando se mantengan las normas de conservación adecuadas".