Un matrimonio y su hija Nerea, de 11 años llevan tres años viviendo en una casa del municipio de La Laguna alumbrándose con velas, ya que la empresa suministradora de energía eléctrica no ha podido poner el contador de la luz, no solo porque la madre de la mujer de la citada unidad familiar no lo quiere, sino por haber contradicciones en el Consistorio lagunero en los informes urbanísticos.

"No entiendo -dijo la afectada Beatriz Ravelo, de 49 años y madre de la citada niña- cómo Urbanismo no tiene sentimientos como para permitir que vivamos con la calidad de todos los vecinos del municipio, haciendo la vista gorda ante una familia como la nuestra que ha tenido que vivir tres años sin luz para alumbrarnos y vivir con dignidad".

La casa en la que vive está familia es de la madre de Beatriz Ravelo y residió en dicho inmueble un tiempo en calidad de inquilina, pagado 100 euros al mes y encargándose del arreglo y conservación de la vivienda.

Un día, la propietaria del inmueble no quiso que su hija viviera en la misma, denunciándola por "desahucio por precario", y ganando el juicio. La hija siguió viviendo en la casa, ante lo cual su madre decidió cortarle el suministro de agua potable y la luz, según relata su hija.

Hace dos años, Beatriz Ravelo logró que el Ayuntamiento de La Laguna le pusiera el agua, aunque para ello tuvo que pagar 800 euros. A pesar de contar con la cédula de habitabilidad y la licencia municipal, la afectada fue objeto de un acoso por el cual ni los vecinos ni su propia madre permitieron que Beatriz Ravelo pusiera un contador de energía eléctrica. Según dicha vecina, "la empresa de energía eléctrica no ha podido instalar el contador porque los vecinos decidieron cerrar el acceso a la casa", por lo cual la familia afectada pide al Ayuntamiento de La Laguna la revocación de la licencia concedida".

Un muro que no procede

Lo que no tiene claro ni comprende Beatriz Ravelo es que el ayuntamiento debe permitir que le ponga el contador de la luz, ya que posee un documento firmado por un ingeniero y un arquitecto municipal que demuestran que la calle en la que vive es pública y que las obras de murado de la vía no proceden, como lo demuestran los siguientes datos: "Dicho murado se ejecuta en zona de dominio público, la calle no está registrada en el Catastro por ser pública, tiene licencia de obra menor aunque le fue concedida por la Gerencia de Urbanismo, el murado se ejecuta en zona afectada por la carretera insular TF-24 de La Laguna a El Portillo, la vía es pública y figura así en el callejero y se estima que la licencia está mal concedida y no se debe de cerrar una vía pública".

Beatriz Ravelo, refiriéndose a dicho informe del 23 de junio de 2011, afirma que "la cuestión está bastante clara, ya que si el área de Obras e Infraestructuras del Ayuntamiento de La Laguna certifica que la calle es pública, que la obra del muro está en zona afectada y los técnicos dicen que no se debe cerrar la vía de acceso a la casa donde vivo, pues deben retirar el muro para que puedan poner el contador de luz donde vivo".

Sobre el hecho denunciado por Beatriz Ravelo de que su madre le cortó la luz, en una sentencia que aporta la citada mujer, dice la magistrada que "de lo actuado no resulta que la propietaria de la vivienda cortara la luz a propósito, por lo que se le absuelve".