El Cristo de La Laguna fue colocado ayer en la hornacina del altar mayor de su santuario hasta el día 7 de enero de 2012, apreciándose en los paneles fotográficos de los portales de acceso a dicho templo que la talla, en su parte posterior, ha pasado del color moreno que tenía a un tono un poco más claro, pero nunca blanco como se había dicho, gracias a los trabajos de limpieza de que está siendo objeto por parte de técnicos del Instituto Real de Patrimonio de Bruselas.

Los técnicos informan en los paneles de que "las diferentes reproducciones pictóricas del Cristo demuestran que, en su origen, la policromía tenía una tonalidad bastante clara, siendo patente el fuerte contraste entre la piel y la sangre que fluía de las heridas. Durante los últimos 20 años, la escultura se ha ido oscureciendo y no era posible percibir los extraordinarios matices de la capa pictórica".

Los restauradores destacan la presencia de pintura craquelada en el reguero de sangre vista al microscopio a 20 aumentos, levantamientos y pérdidas de la capa pictórica, mechón de cabellos roto y sujeto mediante un clavo y alambre en una intervención de mantenimiento anterior, pérdida de la policromía en el paño de pureza, detalle de la policromía irregularmente ennegrecida, pie izquierdo con representación de la sangre apenas visible, y cuña de madera original rota y fragmentada.

La escultura en primer lugar es objeto de un tratamiento de conservación , consistente en el fijado de las pequeñas partículas de pintura desprendidas, con la finalidad de preservar la obra para el futuro.

El proceso es el siguiente: levantamiento, aplicación del adhesivo con un pincel, penetración del adhesivo bajo la partícula desprendida, eliminación del excedente de adhesivo, y levantamiento del adhesivo tras la intervención.

El examen realizado con la lupa binocular permitió a los técnicos identificar las capas pictóricas, los desgastes y los diversos tipos de suciedad o recubrimiento. El tratamiento de limpieza de la policromía original se lleva a cabo con ayuda de gafas lupa frontales.

Para recuperar el color original, aplican una compresa con disolvente, limpian con un hisopo de algodón y eliminan los restos de suciedad con ayuda de un bisturí,

El Instituto de Patrimonio de Bruselas señala que "el fijado de los levantamientos y la limpieza controlada que respeta la pátina natural de la superficie permitirá recuperar la legibilidad y la belleza de la policromía. El encolado de algún fragmento, el estucado de fisuras y de pequeñas pérdidas y algunos retoques puntuales completarán al tratamiento.