Una de las palmeras centenarias de la plaza de la Catedral ha muerto, ya que se ha secado sin presentar ninguna enfermedad, por lo que la próxima semana se procederá a talar la misma, según informó el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Laguna y concejal de Servicios Municipales y Aguas, Javier Abreu.

La historia comienza cuando este lunes, al pasar Abreu acompañado de otra persona, miró a lo alto de la palmera y se dio cuenta de que estaba seca en su copa. Dio parte a los técnicos municipales, que, al personarse ayer por la mañana, constataron que efectivamente dicha especie arbórea había acabado el ciclo de su vida.

Javier Abreu informó de que "es una pena el que esta palmera desaparezca de la plaza de la Catedral porque, durante casi un siglo, ha sido un símbolo emblemático junto con las otras de nuestro patrimonio botánico del casco histórico". Pero añadió que, por encima de los sentimientos, estaba la seguridad ciudadana y que de no proceder a talarla, un día podría caerse y, dada su altura y su peso, podría ocasionar desgracias muy lamentables.

Javier Abreu, guiado por los informes técnicos, ha dicho que "la palmera no padece ninguna enfermedad sino que ha muerto, así literalmente lo digo porque todo en esta vida, incluidas las plantas, tienen un principio y un final en el ciclo de la vida".

A pesar de ello ha convocado una reunión con técnicos del Ayuntamiento de La Laguna, el Cabildo Insular de Tenerife y el Gobierno de Canarias para proceder a talarla, ya que la palmera está catalogada y protegida. Añadió que ha recurrido a la Universidad de La Laguna para analizar también esta palmera y las otras de la plaza de la Catedral para ver el estado en que se encuentran y saber si alguna pudiera presentar alguna enfermedad.

Esta palmera que se ha secado, conocida como las del tipo de abanico, se le conoce científicamente como una Washingtonia robusta H. Wendl.

En la visita de inspección, como explicó Javier Abreu, se detectó que su corona foliar presenta una marchitez en todas sus hojas. Precisó que "no ha sido posible observar otra sintomatología en el tronco, como exudaciones o similares, que podrían indicar puntos de debilidad en el mismo".

La antigüedad

La palmera tiene una edad estimada de unos 100 años, y, como han dicho los técnicos, "ha llegado el fin de su vida útil y su conservación no es recomendable, atendiendo a criterios de seguridad, especialmente teniendo en cuenta la gran altura a la que se encuentra su corona foliar (unos 25 metros), que podría ocasionar daños graves a bienes o personas en el caso de su desplome".

La palmera está situada en la plaza cerca de la confluencia de las calles La Carrera y Juan de Vera, próximo a un estanco que hay en dicho lugar de esparcimiento.

Javier Abreu señaló que la palmera que se ha secado y el resto de elementos vegetales singulares de la plaza de la Catedral "se encuentran incluidos en el Catálogo de Árboles Monumentales, elaborado por el área de Medio Ambiente y Paisaje del Cabildo Insular de Tenerife, por lo que se entiende que es de aplicación lo establecido en su instrucción reguladora. También haremos la consulta sobre la tala a la Oficina de Gestión del Casco Histórico".