La reunión mantenida el pasado martes entre el consejero insular de Aguas del Cabildo de Tenerife, Jesús Morales (CC), y su homólogo en el Ayuntamiento de La Laguna, Javier Abreu (PSC), no fructificó en un acuerdo interadministrativo sobre la opción que se llevará a cabo para erradicar el exceso de flúor en el agua de abastecimiento de los laguneros.

El emplazamiento de la desalinizadora que deberá mejorar la calidad del agua del municipio y la financiación necesaria para su ejecución centran la discusión entre ambas administraciones. Sin embargo, para el también primer teniente de alcalde de La Laguna, Javier Abreu, "el Cabildo debe dar ya una respuesta definitiva" sobre la ubicación de esta infraestructura ya que "son conscientes del problema".

Por ello, Abreu espera que sea, definitivamente, en la reunión propuesta para la próxima semana, donde se llegue a un acuerdo en este tema con el Consejo Insular de Aguas, organismo dependiente de la Corporación insular. El edil socialista recuerda que para el ayuntamiento la mejora del agua de consumo es un objetivo "irrenunciable", como así también se desprendía en el programa electoral del Partido Socialista.

El Cabildo deberá hacer frente a la financiación de la desalinizadora si se ubica en Los Realejos, para dar cobertura al resto de municipios del Norte. En este caso, el núcleo de Las Llanadas sería el lugar escogido para instalar una estación desaladora, cuya función será suministrar al municipio, junto al resto de localidades del Valle de La Orotava, así como parte del área metropolitana, de agua tratada de alta calidad para el consumo humano. De este proyecto se viene hablando desde finales de 2008.

La otra opción está valorada en unos 20 millones de euros y la llevaría a cabo el ayuntamiento, en su mayoría con fondos propios, en la zona de Montaña del Aire, un emplazamiento cercano a Los Rodeos. Se da la circunstancia de que el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, presentó el proyecto para construir la futura estación desalinizadora en La Laguna el 31 de diciembre de 2010, hace ya más de un año. En aquella ocasión estimó su presupuesto en 12,6 millones de euros y un plazo de ejecución de 24 meses.

El proyecto, redactado por la compañía Teidagua, configura la construcción de una estación que estará basada en una tecnología por electrodiálisis reversible que resulta útil a la hora de reducir las concentraciones de flúor y otros elementos en el agua con una planta que tendría capacidad de tratamiento de 9.500 metros cúbicos al día.

Se trata de un sistema que puede aceptar altas concentraciones de sílice en el agua de entrada sin afectar a su eficiencia y que es muy adaptable a los cambios de calidad del agua en cuanto a sus concentraciones en sales, una circunstancia continuamente presente en las aguas en Tenerife.

El alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, acompañado por el entonces concejal delegado del área de Agua, Antonio Pérez Godiño, y el gerente de Teidagua, Javier Davara, destacó, por aquel entonces, que "se trata de una planta que permitirá en un futuro ir ampliando la capacidad de desalinización en función de la mejor o peor concentración de las aguas dentro de unos años. Todo ello se realizará con fondos propios de la empresa Teidagua".

Cabe recordar que en el consejo de administración de la sociedad Teidagua, celebrado el día 2 de diciembre de 2010, se tomó el acuerdo de elaborar un estudio económico financiero que contemplase todas las alternativas posibles para abordar esta inversión, así como los costes asociados a su explotación.

El proyecto de la estación desalinizadora planteaba como ubicación para la planta de tratamiento un terreno de casi una hectárea, propiedad de Teidagua y clasificado en el Plan General de Ordenación como terreno para Sistema General de Abastecimiento, que se sitúa junto al depósito de cabecera de Montaña del Aire. A este depósito llegan todas las principales canalizaciones de la comarca.

El proyecto de Teidagua

El proyecto consta de la urbanización de la parcela que incluye los viarios, las canalizaciones de agua y electricidad necesarios para alimentar la planta, la nave industrial que alojará la sala de tratamiento, oficinas y laboratorio, así como los depósitos de alimentación y salmuera que se precisan.

Un elemento importante del proyecto consistía en la construcción de un emisario terrestre de la salmuera (el agua con una alta concentración de sal disuelta). Se trataría de una canalización de unos 3.500 metros de longitud que, partiendo de la estación desalinizadora, conduciría la salmuera hasta la línea de costa donde se vertería al mar, aprovechando un emisario submarino que actualmente evacua aguas depuradas de la estación depuradora de los municipios de La Laguna, Tacoronte y Tegueste.