El convento de Santa Catalina abrirá hoy, a las 5 de la mañana, sus puertas para que el público pueda admirar, un año más, el cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús, también conocida cariñosamente como "La Siervita". Se espera que se supere la cifra de 50.000 personas que el año pasado la vieron, porque en este último año se han producido restablecimientos de la salud de casos muy graves que mientras unos llaman prodigios los que tienen más fe los califican de milagros. El cuerpo de la monja podrá ser visto mientras haya gente en la cola, por lo que se estima que el convento cerrará sus puertas sobre las 10 de la noche.

Cabe resaltar que la historia de la monja se va difundiendo por internet, como ocurre con la página www.oremosjuntos.com/CuerposIncorruptos8.html, donde el caso de Sor María de Jesús aparece junto a muchos otros del mundo. Ello no solo le da una proyección a "La Siervita de Dios", que está en vías de ser beatificada, sino a la ciudad de La Laguna.

De Sor María de Jesús habría que decir, como datos más relevantes, que, antes de morir, cayó en un éxtasis, y al dejar este mundo conservó el pulso y las pupilas claras durante más de 24 horas; junto al corazón tenía la herida del costado de Cristo, y a los tres años de muerta tenía su cuerpo entero y flexible, el paladar y la lengua frescos y sonrosados y soltaba sangre perfumada a jazmín, olor que determinadas personas suelen sentir desde el pasado hasta hoy.

Sor María de Jesús nació en El Sauzal el 23 de marzo de 1643, el 21 de mayo de 1969 profesó como monja de velo blanco en el monasterio de Santa Catalina y falleció el 15 de febrero de 1731, a la edad de 87 años. La apertura del proceso de beatificación fue el 12 de diciembre de 1992, aunque muchos afirman que ya es mucho tiempo el que ha pasado sin que el Vaticano la haya subido a los altares, a pesar de existir un manuscrito del siglo XVIII en el que se catalogan 1.251 milagros que hizo Sor María de Jesús después de dejar este mundo.

Es de destacar que el caso del cuerpo incorrupto de Santa Teresa de Ávila guarda cierta similitud al de Sor María de Jesús, ya que en ambos casos su cuerpo fue descubierto tiempo después de su muerte tal y como murió, fresco y con olor agradable y con abundante tierra dentro del ataúd, ya que la tumba se había abierto.

En el año 2009, se anunció que hacía falta un milagro importante para que Sor María fuera beatificada, y el pasado año este periódico dio a conocer la historia de una señora que se curó de un cáncer. Todos esperan que hoy pueda aparecer otra historia que haga subir a los altares a la Siervita de Dios, aunque, ante la tardanza, algunos afirman que a lo mejor es la propia Sor María la que prefiere seguir como está, ya que perdería el encanto al quedar representada en una imagen y no ser visitado su cuerpo.