En menos de seis meses, la cruz de la plaza Mayor del barrio de La Verdellada se ha inclinado como consecuencia de la corrosión del hierro con el que fue construida en su base. La asociación de vecinos pide al Ayuntamiento de La Laguna que repare este símbolo de forma urgente por entender que forma parte de la historia de dicho núcleo poblacional del municipio lagunero y representar un riesgo.

Hace 12 años tuvo lugar la instalación de la denominada "Cruz de Los Verdeños" en la plaza Mayor de La Verdellada, que fue un regalo al barrio de los alumnos del antiguo taller escuela de restauración casa de los Capitanes de La Laguna. La cruz, de algo más de un metro de alto, se asienta en una base de piedra artificial labrada y anclada a un pilar de casi dos metros de altura cubierto de azulejos.

La cruz es de hierro y está pintada de color negro como luto eterno en memoria por los difuntos del barrio. Del mantenimiento se han encargado, desde su colocación, los vecinos y el ayuntamiento, pero en los dos últimos años no ha sido pintada, periodo en el que su base ha sufrido alguna filtración de agua que ha provocado su corrosión y por consiguiente la oxidación, aunque no se descarta que el origen de la fisura en la base hubiera sido producido por un balonazo de los niños que suelen jugar en la plaza.

La cruz no tiene excesivo valor patrimonial, aunque sí lo tiene de tipo sentimental y en parte simbólico con su integración en el entorno urbano de la plaza Mayor de La Verdellada, motivo por el que su inclinación y rápido deterioro preocupa mucho a los vecinos. Por este motivo, la asociación de vecinos Los Verdeños ha pedido al ayuntamiento la reparación de la cruz antes de que su deterioro acabe con ella.

Los representantes vecinales también advierten que la actuación debe tener carácter urgente, ya que, al jugar muchos niños en la plaza, podría caerse encima de alguno y producirle un daño físico de gravedad. "La seguridad -dicen los vecinos- es algo que hay que garantizar en todo espacio de ocio y esparcimiento como esta plaza, y la verdad es que no vivimos tranquilos al pensar cada día que la cruz, en el momento menos esperado, puede caerse y ocasionar un incidente que al final tengamos que lamentar más de uno".