El área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de La Laguna, que dirige Julia Dorta, renovará en sus paneles informativos de los edificios históricos la historia de las cruces que existen en las ermitas ubicadas en el centro histórico de la ciudad.

Detrás de esta iniciativa se encuentra un trabajo de investigación a cargo del historiador Carlos Rodríguez Morales, autor del libro "Las cruces de La Laguna. Fiesta, capillas y tradición", que se encuentra actualmente en fase de edición. Este trabajo actualiza la información disponible hasta el momento acerca de las cruces laguneras y aporta datos novedosos que se desconocían hasta el momento.

Julia Dorta resalta que, de esta forma, "los paneles informativos que se distribuyen por la ciudad realizarán un repaso por la historia de estos símbolos religiosos y emblemáticos en el centro del municipio, formando parte también de su patrimonio histórico y cultural, y mostrando una información accesible que estará al alcance de todos los transeúntes, laguneros y visitantes, por lo que constituirá, además, un reclamo más de atracción turística hacia nuestra ciudad".

Los citados paneles estarán colocados para el próximo mes de mayo, de forma que estén listos para la festividad de la Cruz. El referido añadido histórico se ha hecho coincidiendo con la retirada, por parte de Patrimonio, de los paneles para proceder a restaurarlos, dado que su estructura de hierro estaba deteriorada y corroída en algunos partes por las inclemencias del tiempo.

Como explica Carlos Rodríguez, "la de mayo es una de las tres fiestas que la Iglesia reservaba para dar culto a la Cruz, junto a la del Triunfo, el 16 de julio, y la de la Exaltación, el 14 de septiembre". Al centrarse más en La Laguna añade que, desde principios del siglo XVII, la cofradía de la Sangre, establecida en el convento de San Agustín, organizaba una procesión pública cada 3 de mayo, en la que, a partir de 1631, salió a las calles una cruz revestida de chapas de plata, que se conserva ahora en la iglesia de La Concepción. Fue donada por el capitán Matías de Anchieta y por su hijastro, Diego Fiesco, como indica una inscripción que hay en la cruz.

Este cortejo desbordaba lo estrictamente litúrgico e introducía elementos lúdicos y populares que hacían presente la secular pugna entre lo sagrado y lo profano. Además de la cruz participaba, como explica Carlos Rodríguez, una efigie de vestir de Santa Elena, a veces nombrada la reina Elena, que era portada en andas como protagonista del pasaje del hallazgo de la Vera Cruz. Intervenían también negros que tocaban tamboriles, máscaras, danzarines y músicos, mientras que velas de cera, carretadas de rama, pólvora, barriles y ruedas de fuego completaban los gastos habituales de esta solemnidad en la que la cofradía sacaba su pendón de color verde.

Las cruces que posee La Laguna, entre otras, son la de la Cruz de Piedra, la Cruz de Marca en La Verdellada, la Cruz de Candelaria, la Cruz del Carmen, la Cruz del Rincón en San Diego, la Cruz Chica y las 14 cruces que forman el Vía Crucis que comienza en las inmediaciones de la iglesia de La Concepción y llega hasta el Calvario de San Lázaro.

Las otras cruces, que el área de Patrimonio recomienda que sean visitadas el 3 de mayo, son las que albergan las capillas de Los Álamos, Rodríguez Moure, Juan de Vera, Los Plateros y la Cruz Verde.