La ciudad de La Laguna ha realizado muchas obras pero también es verdad que tiene un récord en proyectos a los que se les ha dado publicidad y luego se han quedado en el olvido, siendo el más ignorado el de dotar a San Miguel de Geneto de un centro cultural, una nueva iglesia y un polideportivo, infraestructuras por las que los vecinos llevan 33 años esperando.

Aunque son muchos, la sociedad sintetiza los olvidos infraestructurales en el espacio cultural en las ruinas de la iglesia de San Agustín, un parador en el Palacio de Nava, el monumento al Tuno, la facultad de Ciencias de la Educación en el cuartel de Artillería del Cristo, el jardín botánico de plantas aromáticas y medicinales en las laderas de la montaña de San Roque, el futuro de la casa de Anchieta, la iluminación de los 15 edificios históricos más emblemáticos del casco lagunero, la nueva iglesia de Guamasa, la remodelación de las plazas de la Catedral y del Adelantado o aquel ya lejano monumento al molino de viento que dio nombre a una zona próxima al barrio de San Juan por el número de ellos que hubo en el pasado.

Los ciudadanos destacan que el olvido de estos proyectos más que a la crisis se debe a la dejación o a un deseo de quedar bien ante la sociedad sin tener interés en realizar las obras, ya que cuando dichas infraestructuras fueron dadas a conocer aún no habían surgido con fuerza los problemas económicos actuales, pues dichas obras se remontan al año 2003, y a 1979 para las prometidas para San Miguel de Geneto.

Con respecto a centro cultural, nueva iglesia y polideportivo de San Miguel de Geneto, el alcalde, Fernando Clavijo, prometió a los vecinos que las obras darían comienzo en enero de 2011, pero ha pasado un año y tres meses y todo sigue igual.

La presidenta de la Asociación de Vecinos El Moral de Geneto, Felisa Vera, siempre ha dicho que "nuestro barrio ha sido el más olvidado de todo el municipio", destacando que desconoce los motivos, ya que los vecinos de San Miguel de Geneto siempre han estado dispuestos a ayudar a las diferentes corporaciones municipales que han pasado por el ayuntamiento durante los casi 34 años que llevan esperando por las citadas obras.

Pero aunque hasta ahora no se haya conseguido el local social, el movimiento vecinal de San Miguel de Geneto nunca ha decaído en su lucha y entrega por organizar actividades sociales, culturales, deportivas y festivas. San Miguel de Geneto, a lo largo de la historia, ha sido un barrio importante que ha enaltecido a La Laguna pues en el mismo se encuentra la casa del general Gutiérrez, bodegas que sobresalen por sus excelentes vinos, la finca El Drago o la casa en la que vivió Leoncio Rodríguez, fundador de La Prensa.

Hace 9 años, el Ayuntamiento de La Laguna, con el apoyo de su alcaldesa en aquel momento, Ana Oramas, daba a conocer su proyecto para iluminar los 15 edificios más emblemáticos del casco histórico lagunero, por un importe de 790.876 euros y que, de noche, resaltaría los aspectos más relevantes de las Casas Consistoriales, casa del Padre Anchieta, ermita de San Miguel, palacio de Nava, monasterio de Santa Catalina, palacio de Lercaro, palacio de Salazar, hospital Nuestra Señora de Los Dolores, plaza de San Agustín, iglesia de La Concepción, casa Alvarado Bracamonte, casa del Corregidor, casa de La Alhóndiga, la Catedral y el antiguo colegio de las Dominicas.

Lo que se pretendía con esta actuación era que en todos los edificios con la luz se subrayaran, acentuaran, destacaran y matizaran sus rasgos constructivos más sobresalientes, por entender que la luz es un elemento delatador importante de la riqueza de las formas de los nobles edificios laguneros.

Jardín botánico

En octubre de 2003, era dado a conocer a los medios informativos otro proyecto olvidado y que despertó interés en la población, como era hacer un jardín botánico de plantas aromáticas y medicinales en las laderas de la montaña de San Roque, ocupando una superficie de 60.000 metros cuadrados. El Cabildo de Tenerife comenzó a estudiar el anteproyecto de dicha iniciativa de carácter lúdico y docente para acometerla conjuntamente con el Ayuntamiento de La Laguna pero nunca más se supo.

Muchos son los que lamentan que este proyecto no se haya ejecutado, sobre todo un sector del profesor universitario, ya que era una antigua ilusión del fallecido doctor Antonio González. El jardín estaba enfocado a tener una función docente, de educación medioambiental y paisajística, a través de la que se procurara la difusión de valores respecto al entorno natural y la inculcación del respeto a la biodiversidad floral aromática y medicinal no sólo de Canarias, sino, además, de Iberoamérica y del resto del mundo. El proyecto fue elogiado, además, porque pretendía difundir el protagonismo de las plantas medicinales de Canarias, que se remontan en el tiempo hasta la época de los guanches.

Aunque unos desean que sea un lugar para auditorio para conciertos religiosos o sirva para el museo de la Semana Santa, el ayuntamiento optó por dedicar las ruinas de la iglesia de San Agustín a un espacio cultural, sacando un proyecto a concurso de ideas que, junto a los miembros de su equipo, ganó el joven tinerfeño Esaú Acosta Pérez, quien propuso respetar las piedras quemadas, como las de las columnas, también deterioradas por el paso del tiempo, y afectadas por el incendio que destruyó la iglesia en 1964. La cubierta se contempló a base de lamas de madera de tea separadas unas de otras, y el proyecto prevé que, al entrar en la antigua iglesia, el público se encuentre un hall a modo de plaza con zonas verdes y bancos, dedicando el resto del templo a una zona denominada mediateca con videoteca, fonoteca, sala de trabajo y espacio para audiovisuales. El edificio de los Bethlemitas se contempla de cinco plantas. En la primera se ubicaría una zona de internet y de investigación. La segunda sería para salas de trabajo, zona audiovisual y proyecciones. La tercera dispondría de un espacio relacionado con la música, con fonoteca y zona audiovisual. La cuarta planta albergaría un área de trabajo y espacios para internet y proyecciones, y en la quinta planta se situaría un restaurante con vistas sobre la ciudad.

Facultad de Educación

Sobre el proyecto de construir una facultad de Ciencias de la Educación en el cuartel de Artillería del Cristo, lo último que fue noticia tuvo lugar en julio de 2009, cuando el alcalde, Fernando Clavijo, destacó que el espacio que obtendría el consistorio en el antiguo cuartel generaría actividad económica en el casco histórico, mientras que al Ejército se le dejaba un área de 4.088 metros cuadrados de suelo, y los otros 18.000 metros serían para la facultad de Ciencias de la Educación. El equipo de gobierno hizo una contraoferta al Ministerio de Defensa para adquirir el cuartel de Artillería del Cristo. Mientras los militares solicitaban quince millones de euros, Clavijo trasladó su disposición a abonar 14.309.166 euros, una cantidad que consideró muy ajustada. De esta obra tampoco se sabe nada.

Otro proyecto olvidado desde que se difundió en diciembre de 2003 es el de que el Palacio de Nava optaba a convertirse en el segundo parador nacional de Tenerife, apoyado por el ayuntamiento por entender que aportaría la categoría que necesita una Ciudad Patrimonio de la Humanidad como La Laguna. El entonces concejal de Turismo, Rafael Becerra, destacó que "el histórico edificio debería acoger un parador nacional, dada la escasez de infraestructura hotelera que padece el municipio. La Laguna, más que un hotel, necesita un parador, ya que esta construcción implica calidad y categoría para dar respuesta al turismo cultural y de congresos que cada vez visita más la ciudad".

A todo ello hay que añadir otros proyectos que fueron promocionados aunque no sé sabe si para quedar bien ante la sociedad sin intención de ejecutarlos o porque había interés en hacerlos y dieron paso a otras prioridades. Como ejemplos cabe destacar el Monumento al Tuno, por el papel principalmente que ha desarrollado la Tuna de Distrito de la Universidad de La Laguna con su organización del Festival Internacional de Tunas en La Laguna y los éxitos conseguidos en la Península y en el extranjero; un monumento al molino de viento en la zona de San Juan por la importancia en número que tuvo en el pasado; el que la casa de Anchieta no acoja, por el momento, ni el museo de estudios anchietanos ni el museo dedicado al artista lagunero Pedro González; los proyectos de remodelación de las plazas de la Catedral y del Adelantado, y la nueva iglesia de Guamasa, que tanta polémica generó en su día, pero que nunca se ha vuelto a saber de ella, con el problema que origina la actual, por su reducido tamaño, a la hora de albergar grandes celebraciones.