El nuevo centro de salud del Gobierno de Canarias próximo a la plaza del Cristo, en el camino de Las Peras, ha sido objeto en su interior de graves destrozos al tiempo que han robado material de construcción del mismo, presentando un deterioro tan grande que, de comenzar las obras en estos momentos, habría que emplear muchas horas en limpieza y en reponer los trabajos ejecutados.

Las obras de construcción del centro fueron paralizadas hace unos dos años, pero no se puso a ninguna persona para vigilarlas, lo que motivó que empezara a aparecer gente que se lleva material de construcción como cemento o losetas de las utilizadas para el piso y para forrar la fachada.

La concejal de Sanidad, Candelaria Díaz, señala que el Ayuntamiento de La Laguna, así como los vecinos de la zona, reiteran que han pedido a la "Consejería de Sanidad que establezca de manera urgente las medidas de seguridad propias de este tipo de obras y con ello evitar actos incívicos como el que nos ocupa, tal y como se aseguró en la última reunión mantenida con la responsable del Servicio Canario de Salud".

Por ello, Díaz indica que espera que la consejería actúe a la mayor celeridad y lleve a cabo un cerramiento óptimo para evitar nuevos problemas y el deterioro de este inmueble.

Puestos en contacto con la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, representantes de la misma han destacado: "En julio de 2010 la constructora Bruesa suspendió la actividad en las obras del nuevo centro de salud. Hace un año que la contrata abandonó totalmente la obra, habiéndose declarado en concurso de acreedores con posterioridad. En la actualidad, el Servicio Canario de la Salud tramita el expediente de resolución del contrato vigente por su incumplimiento y por abandono de las obras por parte de la empresa. Mientras tanto, la custodia de la obra le corresponde actualmente a la contrata, ya que aún no ha sido recibida oficialmente".

En su día, el contratista dijo que "el hecho de parar la obra obedecía a que no recibía dinero del Gobierno canario".

Hace un tiempo, los vecinos denunciaron que veían entrar y salir a jóvenes dentro del centro y que oían ruidos como si estuvieran rompiendo cosas, describiéndolos, por su atuendo y mochilas, como escolares jóvenes.

Las fotos que vecinos hicieron llegar a este periódico presentan un aspecto del interior del edificio dantesco, ya que han destrozado paredes y roto la documentación que los técnicos dejaron en el interior del futuro centro de salud.

La habitación que usaron en su día los arquitectos sólo mantiene intacto un plano de la obra, ya que la documentación del proyecto ha sido destrozada, al tiempo que la tinta de los cartuchos de las fotocopiadoras ha sido regada por el suelo, afectando al pavimento.

En otra habitación, la puerta metálica blindada fue derribada, después de arrancar las guías que la sostenían, mientras que un televisor que dejaron en dicha dependencia fue totalmente destrozado.

Los perfiles metálicos de las puertas los han arrancado, y las paredes de pladur han sido salvajentemente picadas y han abierto en las mismas oquedades de gran tamaño, sacando incluso la fibra que rellena las mismas.

En la parte trasera, las losetas han sido arrancadas de los muros donde fueron pegadas en su día y otras rotas, mientras que los palés donde llegó al centro el material para la pavimentación merma cada día al ser sustraído del interior del edificio.

En las paredes interiores, e incluso en la fachada, están apareciendo pintadas tipo grafitis y las láminas antihumedad han sido rotas y regadas por el edificio.

En otra habitación del centro de salud donde se guardaba documentación del edificio, las gavetas de las mesas han sido abiertas y toda las fichas y documentación del proyecto de la obra han sido rotas en pequeños trozos y tiradas por los pasillos del centro.

Los actos vandálicos obedecen a jóvenes, pero los vecinos temen que las pérdidas podrían ser mayores si entra en el edificio otro tipo de delincuentes, ya que hay un material muy valioso como todo el cableado de alumbrado del edificio, cuadros de mando y numerosos y costosos aparatos de aire acondicionado que aún permanecen en los techos de varias zonas del centro.