Dado que el pasado jueves el Ayuntamiento de La Laguna y la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias rindieron homenaje póstumo al practicante de Tejina Manuel Izquierdo, hoy es obligado ahondar en la vida de este hombre de grandes virtudes humanas, calificado por miles de personas como un profesional ejemplar.

Manuel Izquierdo comenzó ejerciendo en el Hospital Civil y la Clínica Llabrés, en Santa Cruz de Tenerife, pero al llegar a Tejina le ofrecieron el poder trabajar en dicho pueblo o en Güímar, y aunque en este último pueblo le ofrecían más sueldo (27.000 pesetas al año) prefirió quedarse en Tejina.

El estudioso tejinero Sebastián Rojas señala que en ello influyó el médico de dicha localidad José Ascanio, pasando a ser su sueldo 9.250 pesetas anuales.

Al llegar a La Asomada, Manuel Izquierdo dijo que "Tejina era como un portal. Casas de una sola planta, con las puertas de color verde y la inmensa mayoría con sus paredes blancas".

Junto a su mujer, con la que llevaba casado tres meses, se puso a vivir en lo alto de la vivienda que habitaban Sebastián e Higinia, en la zona de Cuatro Caminos. Tuvo que acondicionar la casa, concretamente el techo porque se mojaba cuando llovía.

Más tarde pasó a vivir a una casa de la calle González Rivero, en una época en que Tejina tenía los servicios de dos médicos, como fueron José Ascanio y Herminio García Pérez, con quienes trabajó Magdalena Santos Molina, mujer muy inteligente y prudente que se encargaba de acondicionar el material y asistir como partera.

En 1965 crea el Igualatorio, especie de seguro que, mediante el pago de 10 pesetas al mes, daba derecho a la prestación de todos los servicios del practicante. El servicio se mantuvo hasta 1978, en que la prestación había alcanzado la cuota de 150 pesetas.

A Manuel Izquierdo le gustaban mucho las tertulias como las que llevó a cabo en los bares El Ramal y Juanito, el cine Unión, el bar Central y el campo de fútbol, adonde acudía los domingos para ver jugar al Unión Tejina.

En la memoria de Manuel Izquierdo siempre estuvieron presentes muchos recuerdos como la primera Fiesta de Arte y la primera Fiesta Infantil. El lunes de la fiesta, día de San Luis, los matrimonios por un lado y los solteros por otro iban de casa en casa, bailando, cantando y catando el vino, para luego todas las parejas juntas visitar la casa siguiente.

Manuel Izquierdo ejercía su profesión de casa en casa sin tener que ver a la hora que solicitaban sus servicios. Al principio lo hacía caminando y siempre estaba de buen humor y con ánimo de servir a todo el mundo, pero especialmente a los más desfavorecidos, a quienes a veces no les cobraba o los atendía y les daba dinero de su bolsillo.

Por ello, aún se recuerda en Tejina la frase: "Si él hubiera cobrado lo que trabajó, hoy estuviera millonario". Atendía a muchas familias sin cobrar, como se ha dicho, y por ello es por lo que nunca faltaron en su casa productos del campo que cultivaban en la zona.

Ello se debió a que siempre recibió muestras de aprecio y atenciones de los vecinos, de quienes recibió mucho cariño y amistad en base a unos servicios prestados de forma profesional y humana.

Cuentan que se pasaba noches enteras al pie del enfermo y mantenía la vigilancia con una taza de café, no descansando hasta que lo veía mejorar y se aseguraba que estaba fuera de peligro.

De su sencillez da cuenta lo que le dijo al escritor Sebastián Rojas: "Mira, chico, a veces me pongo a mirar lo que ha sido mi trabajo en este pueblo y puedo decirte que, a sabiendas, nunca hice nada por ofender a los demás. He intentado llevarme bien con la gente. Hacer de mi profesión un servir al que a mi puerta tocaba".

Manuel Izquierdo nunca parecía tener prisa cuando estaba atendiendo a una persona. "No faltaba -recuerda Sebastián Rojas- quien recuerde su simpatía, sus chistes y también las trastadas que a veces organizaba, solo o en compañía de otros amigos. Hay quien se pone más serio y comenta que esa forma de ser le servía para dar ánimos en momentos en que se vivía la preocupación de una familia".

Por todo ello, y mucho más, el nombre de Manuel Izquierdo figura ya en una placa en el centro de salud de Tejina que lleva su nombre, para que pasadas, presentes y futuras generaciones recuerden y valoren su labor.