El periodista Santiago González Suárez leyó anoche el pregón de las fiestas del Santísimo Cristo de La Laguna, que se caracterizó por las citas históricas, los elogios al Crucificado, los recuerdos de su niñez y de personajes populares e ilustres del pasado, y la fuerza del Crucificado para sobrevivir desde 1520, desde el siglo XVI.

El pregonero comenzó citando al abuelo de su hija, Julián Santana, por los consejos que le dio antes de redactar su escrito, como el relativo a que "en esta Ciudad de los Adelantados podemos discrepar en todo, pero hablar del Cristo de La Laguna son palabras mayores y eso está por encima de todo".

Recordó, entre otras cosas, a Leocadio Machado, la derrota del Tenerife ante El Hespérides, aunque él disfrutara más con El Estrella en Tercera División, y el cuento "El Cuadro", del artista Pedro González, para manifestar lo importante que es aprender a mirar o a descubrir cada imagen por ser la clave para captar la esencia y realizar la obra, lo que empleó para describir su acercamiento al Cristo de La Laguna.

Lamentó que hoy ya no esté en torno al Cristo la Artillería de Montaña, ni los sargentos de la batería echándose la mañana después del relevo de guardia. Habló de la construcción de la actual iglesia del Cristo después de que la anterior fuera destruida por el incendio de 1810, de la venta de Antonio o de los señores de la calle de San Agustín que, como señaló, "podían disfrutar de sus ventanales hasta las familias humildes, que llevaban su apodo con orgullo, como Los Campaneros o Los Rosquetes".

Santiago González Suárez citó al periodista Leoncio Rodríguez y viajó en el tiempo con personajes populares como Juan Cachila, el general Fagó o Elvirita, "todos -añadió- personajes cada uno a su manera, e independientemente del título, porque, como reconocía Ortega y Gasset, a pesar de su opinión sobre las fiestas, el gusto popular sirve para cimentar la cohesión".

Al abordar las fiestas del Cristo, el pregonero dijo que "siempre han tenido un entorno especial y multitud de vidas paralelas a las penas que, durante años, le hemos ido a contar a nuestro Cristo, ahora más pálido que cuando me llevaba mi madre para que me curase de mis ataques de asma. Entonces, ya en los años 70, el pálido era yo y también era a mí a quien más daño hacía el humo de las velas que habían ido afectando al santuario y al tono de la talla".

Santiago González Suárez elogió al Cristo por ser testigo de muchos secretos, de millones de reflexiones y de innumerables historias, incluso las de humor como la que contó, cuando en tiempos de tomarse los vasos de vino, en La Laguna, "algún conocido jurista mandó a callar a un famoso otorrino diciéndole, que o-te-callas-o-te-orino-laringólogo".

En la presentación del pregonero, el alcalde, Fernando Clavijo, destacó: "Sin duda su mayor éxito lo ha conseguido en el terreno personal, porque, a pesar de su enorme y brillante currículum, jamás ha perdido la humildad, la generosidad y el buen trato, que son los rasgos más definitorios de su carácter, de modo que ha puesto de acuerdo a políticos y a todo aquel que ha tratado su calidad profesional periodística".